Por estos días Nicaragua vive un aniversario que para muchos representa un antes y un después con respecto al constante hostigamiento que está sufriendo la Iglesia en Nicaragua en los últimos tiempos: cinco años del estallido social de abril de 2018.
Sin duda, lo sucedido en aquella ocasión –donde hubo enfrentamientos entre estudiantes y el gobierno por la reforma del sistema de seguro social- forma parte de una de las grandes explicaciones de la saña del régimen encabezado por Daniel Ortega y Rosario Murillo contra los miembros de la Iglesia en Nicaragua debido a su postura de proteger a quienes se manifestaban en aquella ocasión libremente y buscar ser mediadora para un diálogo de paz.
Desde aquel entonces, la respuesta de Ortega fue llamar a los obispos y sacerdotes terroristas y golpistas, algo que a nivel de acciones y palabras se ha mantenido en el tiempo.
«Agentes del imperialismo»
En efecto, este sábado 15 de abril Ortega volvió a cargar contra la jerarquía de la Iglesia católica en Nicaragua. Lo hizo durante un encuentro que sostuvo en Managua con Luo Zhaohui, presidente de Agencia China de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Cidca).
Fue en esa ocasión donde Ortega señaló a los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) como voceros del imperialismo en tiempos del estallido social de 2018, señalando de manera especial a monseñor Abelardo Mata (en retiro desde julio de 2021 cuando el papa Francisco le aceptó la renuncia por cumplir 75 años) y Rolando Álvarez, condenado a 26 años de prisión luego de negarse a ser desterrado del país.
«Tenían de vocería a algunos líderes religiosos no todos, algunos líderes religiosos, como el famoso obispo de Estelí, cuyo nombre dice mucho, monseñor (Abelardo) Mata, era de los que atacaban abiertamente al Gobierno cuando estábamos en la época de convergencia. Otro obispo, como el de Matagalpa (Rolando Álvarez) se dedicaba a andar boicoteando y saboteando las actividades económicas y productivas en Matagalpa, y así habían unos cuantos sacerdotes que no aceptan la revolución porque venían del somocismo y porque son agentes del imperialismo», expresó Ortega, tal cual reproducen medios locales como Confidencial.
También contra la CEN
Pero Ortega no solo se refirió a estos obispos o sacerdotes, sino que cuestionó también el rol de los líderes religiosos que sirvieron de mediadores durante el intento de diálogo nacional en 2018.
«Todos los obispos de la Conferencia (Episcopal) de Nicaragua nos pidieron una reunión, los recibimos y nos llegaron a leer un ultimátum para que desmontáramos todos los poderes del Estado (…) que nos daban una semana de plazo, los tuvimos de frente leyéndonos su pronunciamiento firmado por todos ellos, donde el obispo de Matagalpa era el que asumía el liderazgo, desde cuándo los obispos tienen autoridad para andar decidiendo quién gobierna y quién no gobierna», expresó Ortega, agrega Confidencial.
En medio de estas nuevas acusaciones, aún así, Ortega volvió a declararse profesante de la religión, tal cual publican otros medios como Despacho 505.
«Yo soy católico, sigo siendo católico, creo en Cristo, pero lo he dicho desde siempre, pero no creo ni en los sacerdotes ni en los obispos», afirmó.
CIDH y medidas cautelares a favor de Álvarez
Según trascendió en las últimas horas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) emitió el 13 de abril de 2023 una resolución mediante la cual otorgó medidas cautelares a favor del obispo de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, monseñor Rolando Álvarez.
Esto se hizo, tal cual difunde la web de la Organización de Estados Americanos (OEA), «tras considerar que (Álvarez) se encuentra en una situación de gravedad y urgencia de riesgo de daño irreparable a sus derechos en Nicaragua».
«Según la parte solicitante, el obispo Rolando Álvarez, se encontraría privado de su libertad en el Sistema Penitenciario Nacional Jorge Navarro conocido como "La Modelo", incomunicado y sin que se cuente con información oficial sobre su situación, atención médica y medicamentos requeridos y condiciones de detención actuales, pese a padecer una serie de afectaciones de salud», indica una parte del mensaje publicado por la OEA.
Es por todo esto que la CIDH al estado de Nicaragua que «adopte las medidas necesarias para proteger los derechos a la vida, integridad personal y salud» de Álvarez. También «que las condiciones de detención del beneficiario sean compatibles con los estándares internacionales aplicables en la materia».
En ese sentido, la CIDH sugiere que «se garantice acceso a atención médica adecuada y especializada, y se realice inmediatamente una valoración médica especializada sobre su situación de salud». Lo propio con respecto al acceso a los tratamientos médicos necesarios y que «se garantice el contacto regular y acceso con sus familiares, sus abogados y representantes».
«Mucha fuerza interior»
La última vez que Álvarez fue visto de manera pública fue el pasado 25 de marzo cuando fueron divulgadas imágenes y videos durante una visita familiar, algo que fue calificado por la prensa independiente tanto a nivel nacional como internacional como montaje.
Fue en esa ocasión, donde Álvarez pronunció la siguiente frase a la televisión oficial cuando le dijeron que se veía saludable: «¿Y la cara cómo me la ven?», instancia en la que también reafirmó –además de esbozar valentía y coraje- que se encuentra con «mucha fuerza interior».