El próximo domingo 25 de junio se llevarán a cabo elecciones generales en Guatemala para elegir al presidente de la República y vicepresidente, 160 diputados al Congreso de la República, 340 corporaciones municipales y 20 diputados titulares al Parlamento Centroamericano.
Lastrada por la corrupción y por la enorme migración, Guatemala enfrenta unas elecciones complicadas, en las que se juega buena parte de su futuro inmediato, con posiciones encontradas y un numeroso contingente de candidatos presidenciales, representantes de más de una veintena de partidos políticos
Ante este panorama, los obispos guatemaltecos han emitido una carta-exhortación en la que invitan a los ciudadanos del país centroamericano a votar con la conciencia plena de «construir una democracia auténtica y más sólida, demostrando nuestro compromiso cristiano».
Una patria mejor
Los prelados guatemaltecos creen que es posible, como pueblo creyente y con la colaboración de todos, realizar los anhelos de una patria mejor, de un país más humano, fraterno y donde se pueda vivir y respirar libertad, sin miedo y sin necesidad de emigrar.
Más adelante señalan que el Estado tiene el deber de aplicar la Constitución «que inicia invocando a Dios, reafirma el valor de la dignidad de la persona humana y reconoce a la familia como responsable de la formación humana y espiritual, de los hijos; y que el Gobierno de Guatemala es responsable de la promoción del bien común, de la consolidación del régimen de legalidad, seguridad, justicia, libertad y paz».
Y lanzaron el mensaje a quienes quieren llegar a la primera magistratura del país y a los demás puestos de elección popular: que «deben buscar en primer lugar el bien común y no, como en muchos casos, intereses partidistas o personales y su propio enriquecimiento».
Que no se quede en fachada
Si bien es cierto que Guatemala ha atravesado por casi cuatro décadas de elecciones democráticas, para los obispos los problemas económicos, sociales y políticos que enfrenta el país no se han resuelto porque hay una «actitud irresponsable» entre quienes se dedican a la política.
Estos comicios se han caracterizado por la crítica a la inadecuada inscripción de candidatos a diversos cargos y, según los analistas, esto podría derivar en un proceso en el que se juega la instalación de una autocracia electoral o una democracia de fachada.
«La manera de elegir a los diputados al Congreso de la República provoca que el Congreso no cumpla su función de representar y legislar a favor del pueblo», han dicho los obispos por lo que consideraron necesaria una reforma profunda de la ley electoral y de los partidos políticos.
Compromiso y deber cívico
Serán nueve millones de guatemaltecos los que tendrán el derecho de ir a las urnas el próximo 25 de junio. A ellos, los obispos les piden cumplir con el deber cívico de votar, evitando cualquier forma de violencia y aceptando los resultados electorales, «para construir una democracia auténtica y más sólida, demostrando nuestro compromiso cristiano y nuestro amor por Guatemala».
Y terminaron su exhortación recordando a los agentes de pastoral que la participación en un partido político «no es congruente o compatible con el ejercicio de ministerios específicos dentro de la Iglesia», por lo que piden mantener separadas las dos esferas para no correr el riesgo de caer en el uso político de la fe y, al mismo tiempo, evitar que la política se mezcle con la religión.