Acogida a los ucranianos. Mykhaylo Chaban es el superior de los salesianos en Ucrania. Él nació allí y lleva toda su vida dedicado a los demás, ahora más que nunca.
“Durante los primeros días recibíamos hasta 400 personas diarias en nuestras obras y todavía hoy un centenar de personas viven con nosotros porque lo han perdido todo".
Nos explica que además de acoger, ayudan con alimentos a todos los que lo necesitan: "Todos los días damos alimentos unas 1.000 personas desplazadas que viven en Mariápolis". Y todo gracias a Misiones Salesianas que han enviado 650.000 euros de ayuda.
Mykhaylo nos cuenta que el dolor se mantiene día tras día.
"La gente intenta vivir su día la máximo, adaptándose a la situación. Donde es posible se va al trabajo y a la escuela pero todos los días pensamos dónde podemos refugiarnos si hay bombardeos. Vivimos con la esperanza de la victoria, pero no vemos un futuro cercano de paz".
Capellanes en el frente
Una de las acciones que mantienen es la de ayudar en el mismo frente de combate.
"Dos salesianos van al frente de guerra para llevar alimentos y medicamentos a los combatientes. Darles consuelo".
Un viaje en el que además aprovechan para ayudar a desplazarse "a mujeres y también a ancianos”.
El "oratorio sobre ruedas"
En Kiev, además, la comunidad salesiana continúa dando apoyo psicológico a quien lo necesita. Es el llamado Oratorio sobre ruedas. Un acompañamiento que se extiende además a los niños que han perdido a sus padres.
"La guerra nunca trae nada bueno", dice Mylhaylo, "lo único positivo es la unión del pueblo, la fuerza y el valor de defenderse hasta el final. La ayuda que nos damos unos a otros en un momento tan complicado".
"Las iglesias están más llenas"
A pesar del drama que viven las familias la fe se mantiene viva. En Ucrania el 80% de su población se declara creyente y "muchas personas en este momento están acudiendo a Dios pidiendo la paz".
"Nos hemos dado cuenta de que hoy las iglesias están más llenas. Incluso en el frente de guerra hay capellanes que permanecen al lado de nuestros jóvenes soldados que están defendiendo nuestra nación".
"Derretían la nieve para poder beber"
"Son muchas las historias que golpean el alma cada día". Situaciones difíciles que a veces no saben cómo afrontar. El dolor, el frío y el cansancio merman demasiado las fuerzas.
Este sacerdote ucraniano no piensa abandonar su país. Se apoya en Cristo y en las historias que contempla cada día. Sufre especialmente por los niños. Explica cómo le impactó la historia de 40 chavales que bebían gracias a la nieve.
"Al comienzo de la guerra acogimos en cuatro hogares familiares a 40 menores que antes de venir nosotros permanecieron escondidos en el sótano durante 40 días. Para conseguir agua tenían que derretir la nieve. Su dolor era enorme. Acababan de perder a un padre, una madre o un hermano", explica.
Sacerdotes salesianos como él les ayudaban a superar este momento. "Les acompañábamos par encontrar la serenidad y la paz interior". Es su principal misión en este momento.