Hace unas semanas, hubo una marcha por la vida en Zagreb (Croacia), donde fue posible escuchar muchos testimonios. Uno de ellos también fue compartido por Ivana Vrdoljak, que proviene de la ciudad de Omiš.
"Tengo 33 años. Vivía en Alemania con mi pareja y quedé embarazada. Mi pareja no quería un hijo, me presionó para que abortara. Tanto es así que me pidió cita en una clínica, la pagó y me llevó. Con los últimos 20 euros, me subí al autobús y me escapé a Croacia", dijo.
Como ella dijo, no tenía trabajo ni nadie que la ayudara. Lo hicieron en la asociación Belén, que, bajo la dirección del sacerdote Marko Glogović, atiende a mujeres embarazadas, madres solteras y familias en situaciones financieras difíciles en hasta 12 ciudades croatas. Allí, después de cinco meses, también dio a luz a Roko, informa el sitio web uimeobitelji.net.
Un regalo inolvidable
"Su padre no preguntó por él durante los nueve meses de su embarazo. No hemos sabido nada desde que huí a Croacia. Pero hace dos semanas me llamó porque quería venir a ver a su hijo. Tomándolo en sus brazos, lo levantó y le dijo: 'Roko, perdóname'".
Le trajo una camiseta en miniatura del Hajduk, el famoso y popular club de fútbol de Split, en la que está escrito: Valió la pena nacer. "Ya ves, hijo mío, valió la pena que nacieras", concluyó Ivana, conmovida por el relato.
El momento de su testimonio puede verse (en croata) aquí: