¿Cuáles son los dos emoticonos más usados por los padres de familia? Sin lugar a dudas, son dos: las manos en señal de estar rezando, y el brazo marcando músculo. Son los deseos, las promesas que nos hacemos con más frecuencia los pertenecientes a la raza de la paternidad.
Todos, en situaciones complicadas (por cierto, muy habituales desde que somos padres), mandamos el emoticono de manos en oración porque sabemos lo finitos que somos, y la necesidad que tenemos del apoyo que nos puedan regalar desde el Cielo. También escogemos este emoticono cuando personas queridas se encuentran en situaciones difíciles, cuando lo único que podemos hacer es rezar.
Por su parte, el brazo marcando músculo muestra una realidad: la necesidad que tenemos todos los miembros de la raza padres-de-familia de estar fuertes, muy fuertes. Quédate conmigo y te contaré distintas situaciones en las que necesitamos esa súper-fuerza.
Rezar y pedir fuerza
Para mí, lo más difícil es ser fuertes para hacer y decir lo que tenemos que hacer y decir, a pesar de que nos odien, nos dejen de hablar, o sólo nos regalen desprecio las personas a las que más queremos en este mundo. Recuerda que nadie las quiere tanto como para protegerlas mientras reparten patadas. Sólo vosotros, padres, madres, las queréis tanto como para soportarlo.
Ahora bien, que queramos hacerlo por su bien, no quiere decir que no duela, que no canse… Por eso, para ese momento más que nunca, ¡fuerza!
En la misma línea, cuando el enemigo está fuera de casa, sólo hay que mantener vigilados los puntos fronterizos: pantallas, salidas, amigos, etc. Parece difícil, pero te parecerá de parvulitos cuando tengas que protegerlos del gran enemigo: ellos mismos. Es un trabajo realmente agotador. Así que, si te enfrentas a esa situación, ¡fuerza!
Fuerza también para imponer castigos. Piénsalo muy detenidamente. Tómate tu tiempo para dictar sentencia. Ya sabes que debes hacer que el castigo se cumpla, pase lo que pase, y eso no siempre es fácil. Cualquier pequeña debilidad en su cumplimiento puede hacer saltar por los aires tu autoridad, que es muy difícil de recuperar. Estrategia y fuerza para imponer castigos: que ellos puedan cumplir y que tú puedas exigir.
Un padre es el gran coach de nutrición, estudios, vida saludable, etc. Necesitas la fuerza de un entrenador de primera división para animar, motivar y exigir a tu hijo, con el hándicap añadido de que, a veces, los jugadores de tu equipo tienen necesidades diferentes. Mientras a uno le tienes que animar a que se termine el plato, a otro le tienes que decir que no coma más pan. Y, para eso, hace falta ¡fuerza!
Disciplina cariñosa
Uno de los aspectos en que más fortaleza necesitamos es, sin lugar a dudas, el espiritual. Los hijos han de ver la fortaleza de nuestra fe ciega, porque ése será el bastón donde podrán agarrarse en las caídas que provocarán sus dudas. Tenemos que estar fuertes, cuidando nuestra relación con Dios, nuestra confesión, nuestra vida de piedad, nuestras luchas por mejorar en las debilidades habituales.
Fuertes, sin ceder a nuestros defectos de carácter. Que nos vean fuertes implica que no nos venza el "me apetece". No cedamos a la comodidad de no ir un domingo a Misa, estemos donde estemos. Que vean esa fortaleza, esa reciedumbre, es fundamental para su resistencia. Para que conozcan de primera mano que sí se puede. Y, si puedes, debes.
Y fuertes frente a esas tendencias, modas, pensamientos, no convenientes. Que no arrollen nuestra casa y nos lleven en dirección contraria a la que queremos para nuestro hogar y para nuestros hijos.
¿Os ha quedado alguna duda de por qué es tan importante la fortaleza en la raza de los padres de familia? Así que, para todos vosotros los que, conmigo, pertenecéis a esta raza, os envío el emoticono de rezar y el emoticono de fuerza. Why not?