Dos semanas después de su operación de una hernia abdominal con riesgo de oclusión, el Papa explicó que su respiración "no era buena".
Desde su regreso el 16 de junio del Hospital Gemelli donde fue intervenido quirúrgicamente el 7 de junio, el pontífice de 86 años ha retomado el Ángelus dominical, así como a sus audiencias. Ayer, 21 de junio, recibió en forma destacada al presidente brasileño, y el 20 de junio al presidente cubano. Por otro lado, la audiencia general del miércoles 21 de junio fue cancelada para permitirle continuar con su convalecencia.
Pero esta mañana el Papa dio muestras de cansancio. Tras un primer discurso que leyó ante religiosos asuncionistas, declinó un segundo discurso en ROACO, contentándose con dárselo a los participantes. "Todavía estoy bajo los efectos de la anestesia. Mi respiración no es buena", dijo el pontífice argentino.
Durante este breve intercambio, el Papa 266 instruyó a Monseñor Claudio Gugerotti, prefecto del dicasterio para las Iglesias Orientales, para transmitir su discurso preparado de antemano. "Todavía estoy vivo", agregó sin embargo a un participante que le preguntó cómo estaba.
El Papa ya ha tenido problemas respiratorios este año. El 29 de marzo, lo llevaron de urgencia a Gemelli, donde los médicos le habían diagnosticado "bronquitis infecciosa". Había recibido tratamiento antibiótico allí y fue dado de alta del hospital el 1 de abril.
Más tarde dijo que era una neumonía aguda. "La atrapamos a tiempo", me dijeron, y si hubiéramos esperado unas horas más, hubiera sido más grave", dijo a la televisión mexicana.