Cada vez estoy más decidida a difundir, a hablar del lado bueno de la vida. Hay que hablar bien y mucho de las cosas buenas. Las malas ya nacen con altavoces y vallas publicitarias. Por eso, hoy quiero hablaros de la Fundación ENPADE. Su historia comienza en 1988, con un viaje de ocio a las tierras peruanas.
Ese viaje cambió la manera de enfocar la vida de los fundadores. Ver cómo los nativos ponían lo poquísimo que tenían en servicio del bien común, los transformó. Ya no querían despedirse de la felicidad que generaba la generosidad.
Y así se definió el objetivo de esta fundación: darse, ayudar a países especialmente desfavorecidos, como Venezuela, Camerún o la República del Congo.
En Venezuela, funcionan en dos líneas. Por un lado, está la de salud y familia. A través de ella colaboran con tres dispensarios médicos. Y, por otro, han sacado adelante un proyecto precioso que se llama "ImpaKtemos", que brinda formación integral a la mujer, impulsando su aprendizaje en diferentes etapas de la vida.
Consta de: a) un programa de educación formal, con un nivel competitivo, atención personalizada y enfoque cristiano; b) un programa de formación en oficios, en el que se capacita a mujeres en edad productiva para que puedan emplearse; c) un programa de voluntariado y refuerzo, con más de 100 jóvenes que participan activamente en el programa de voluntarias y líderes.
Generadoras de cambio
"Enseñamos a las personas a superarse y a ser generadoras de cambio. Formamos a la mujer venezolana para que ésta cause un impacto en su familia, en su comunidad, y así impulsar el cambio que necesita este querido país. Para que se produzca ese cambio, es fundamental la superación personal, y esto no se consigue sin educación. Por eso, enseñamos a las personas a superarse y a ser generadoras de cambio, de impacto".
Sólo con esta magnífica labor que hacen en Venezuela, la Fundación ENPADE ya se habría merecido todos nuestros aplausos. Pero esos aplausos también hay que dedicarlos a su actividad en el hospital Monkole, en la República del Congo. Allí, ayudan en la atención a niños sin recursos.
En Camerún, colaboran con el hospital Saint María Soledad Catholic Health Centre, donde se da un servicio sanitario competente, compasivo y digno, accesible a todo el que se acerque, sin tener en cuenta su raza, religión, sexo o situación económica.
Allí se están tratando, ahora mismo, 165 niños de anemia falciforme. Sin tratamiento médico, su vida en la selva se acortaría mucho (esta enfermedad deja a muchos niños con ceguera).
Necesitan ayuda
Si entras en la página web de la Fundación ENPADE, verás que necesitan sábanas, camisones, camisones para embarazadas, ropa de cama, zapatillas de andar por casa, etc. Ahí te dejo el mensaje.
Y, también en Camerún, encontrarás a la Fundación ENPADE detrás del Rosary´s gift. ¿En qué consiste? En rezar y ayudar. Cada rosario está hecho por gente que vive con menos de un euro al día. Cada rosario se vende por 2 euros, de forma que, gracias a lo que reciben, pueden comer dignamente. Y, el pequeño beneficio que queda tras la venta de cada rosario, se destina principalmente a los niños de la calle.
Estarás conmigo en que estamos "justos de buenos". Nos falta más gente sabia. Gente que haya descubierto cómo es de satisfactoria la vida del generoso, del que no se reserva para el idealizado y vacío tiempo de ocio. Si tomásemos una dosis semanal de entrega, de generosidad, reduciríamos la dosis de pastillas para el insomnio.
¿No sabes por dónde empezar? Acércate a ENPADE, y te ayudarán a elegir un punto de comienzo. ¿Empezamos a tomar la medicina de la generosidad? Why not?