Esta mañana, el arzobispo de Bolonia se reunió con Maria Lvova-Belova, comisionada para los derechos del niño a cargo del espinoso expediente de la deportación de niños ucranianos.
"La misión que el Santo Padre Francisco encomendó a Su Eminencia el Cardenal Zuppi es identificar y alentar iniciativas humanitarias que nos permitan emprender un camino que esperamos nos lleve a la ansiada paz", explicó el nuncio.
Estas cuestiones fueron discutidas la víspera por el cardenal italiano con el asesor de asuntos exteriores de Vladimir Putin, Yuri Uchakov, asegura. A principios de junio, el presidente de la conferencia episcopal italiana discutió estos temas humanitarios con el presidente Volodymyr Zelensky durante un viaje a kiev.
El encuentro con Maria Lvova-Belova también podría ser decisivo en lo que se refiere al expediente de los niños deportados, sobre el que la Santa Sede pretende actuar como mediadora. La rusa está siendo procesada actualmente por la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra, los jueces de La Haya la acusan de organizar la deportación de niños ucranianos a Rusia, donde son confiados a familias rusas. Ucrania afirma que este es el caso de 20.000 niños, y Rusia admite haber evacuado solo a 2.500.
Por la noche, el cardenal Zuppi presidirá una solemne concelebración eucarística en la catedral católica de Moscú. Allí se encontrará con la comunidad católica, a la que trasladará el saludo, la cercanía y la oración del Papa. Al día siguiente, 30 de junio, a primera hora de la tarde, regresará finalmente a Roma.