Un exvoto es una manifestación de fe popular, un agradecimiento por un favor recibido.
Su denominación viene del latín «ex votum suscepto», que significa seguido o a continuación de un voto. «Votum» derivada a su vez del verbo «vovere», que significa «prometer», «formular» (en el caso del catolicismo) una oración a Dios.
El origen no cristiano de los exvotos
La aclaración «en el caso del catolicismo» se debe a que la práctica es bastante antigua y ha pertenecido a varias religiones en diferentes formas. Es un compromiso que el creyente asume hacia la divinidad, siempre que la misma atienda las peticiones. Dicho de otro modo, el exvoto es un agradecimiento por una gracia recibida.
Generalmente, las civilizaciones egipcias y mesopotámicas ofrecían estatuas que representaban a personas, animales, alimentos, armas y otro tipo de ofrendas como exvotos.
En cambio, los creyentes católicos agradecían a la Virgen María o a algún santo por la curación de una enfermedad o por un milagro recibido ofreciendo cuadros pintados, medallas, rosarios; y en raros casos también, como en las antiguas civilizaciones, muñecos, estatuas o armas.
Santuarios llenos
Un gran número de exvotos están relacionados con el ámbito de la salud y, por lo tanto, entre los diversos tipos de objetos votivos, predominan los exvotos anatómicos que representan, en su gran mayoría, el órgano enfermo. Pero también existen los objetos-signos de la enfermedad, por ejemplo, instrumentos médicos, herramientas ortopédicas, etc.
En muchos santuarios dedicados a la Virgen María se pueden encontrar importantes colecciones ricas en pequeñas pinturas, notables testimonios de religiosidad y arte popular.
Tal es el caso de la Basílica de Nuestra Señora de Zapopan o de San Juan de los Lagos, donde las personas piden a la Virgen, a través de una pintura, lo que las palabras no saben describir, trayendo a la mente las palabras de Cristo: «Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá» (Mt. 7,7).