Al final de la misa celebrada por el Papa Francisco con motivo de la Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores, el 23 de julio de 2023, cinco ancianos entregaron simbólicamente la cruz de la JMJ a cinco jóvenes que se dirigían a Lisboa.
Más de 6.000 personas, entre ellas muchos ancianos de toda Italia, participaron en esta celebración con el Papa en la Basílica de San Pedro, para la tercera edición de esta jornada instituida en 2021. El tema de este año era «Su misericordia se extiende de edad en edad» (Lc 1,50).
Durante la liturgia, cinco personas de entre 67 y 82 años —de origen indio, eritreo, peruano, italiano y australiano— entregaron un colgante de la cruz de la JMJ a cinco jóvenes de entre 22 y 29 años. Estos jóvenes, procedentes de Uganda, Australia, India, Croacia y México, participarán en la Jornada Mundial de la Juventud de Lisboa del 1 al 6 de agosto, donde también está prevista la visita del Papa Francisco.
En respuesta a una petición del Papa argentino, según informó el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida en un comunicado, el Comité Organizador Local de la JMJ de Lisboa ha puesto en marcha dos iniciativas: una cadena de oración de personas mayores para acompañar a los jóvenes que viajarán a Lisboa; y un reto que invita a los jóvenes a visitar a sus abuelos antes de partir, colgando un recuerdo del momento en las redes sociales.
Una abuela y su nieto junto al Papa
Para subrayar el vínculo entre generaciones, el Pontífice apareció rodeado de una abuela y su nieto durante el Ángelus, que presidió a mediodía desde una ventana del palacio apostólico que da a la plaza de San Pedro. De pie junto a ellos, el pontífice de 86 años instó a «promover una alianza entre las generaciones».
«El futuro se construye juntos, en el intercambio de experiencias y en el cuidado mutuo entre jóvenes y ancianos», dijo el Papa, invitando a la multitud a aplaudir «a todos los abuelos y abuelas».