El 17 de junio, a la edad de 104 años, José Lourenço da Silva recibió finalmente los sacramentos de la iniciación cristiana: fue bautizado, recibió la primera comunión y la confirmación.
La hermosa ceremonia se celebró en la capilla de San Judas Tadeo, en Alto Piquiri, Paraná, presidida por el padre Antônio Murilo Macedo da Luz, vicario del Santuario Diocesano de san José.
La notable jornada en la vida del centenario fue precedida semanas antes por la visita de Sidônia dos Santos, que trabaja en la pastoral de la tercera edad. Habló con José y, al preguntarle si había sido bautizado, le oyó decir que había sido «bautizado en casa, nunca en la iglesia» porque ésta «no existía». Añadió que sí deseaba recibir los sacramentos en la iglesia y, en particular, «tomar la Hostia».
Inmediatamente se hicieron los preparativos necesarios para que José recibiera la catequesis. Fue una preparación intensiva de un mes para que conociera bien el significado y, sobre todo, el valor imponderable de cada sacramento.
¡Y por fin llegó el gran día! Tras ser bautizado, recibir por primera vez el Cuerpo y la Sangre de Cristo y ser confirmado en la fe, el centenario declaró sentir un gran bienestar:
«El cuerpo era pesado, ahora es ligero. Antes me acostaba en la cama y soñaba con tantas tonterías y ahora ya no. Antes soñaba con cosas malas. Después del bautismo ya no sueño. He mejorado mucho».
Bautismo bajo condición
En cuanto al bautismo que dice haber recibido en su casa, es importante señalar que subsistían «dudas prudentes» sobre su validez, ya que no había registros fiables que lo confirmaran debidamente.
En este tipo de casos, la Iglesia puede bautizar a una persona «a condición», ya que un bautismo válido no puede repetirse. Esto significa que, a condición de que el señor José no estuviera ya válidamente bautizado, ahora lo está; y, si ya lo estaba, ese bautismo sigue siendo perfectamente válido.