El Papa Francisco abogó con fuerza y vehemencia por una Iglesia abierta "a todos" en la ceremonia de bienvenida a 500.000 jóvenes de todo el mundo en Lisboa, el 3 de agosto de 2023. El acto, celebrado en el Parque Eduardo VII, en el norte de la capital portuguesa, fue la primera gran cita de la JMJ, a la que seguirán otros actos hasta la misa final del 6 de agosto.
Esperado con impaciencia por una multitud al rojo vivo, el Papa llegó hacia el final de la tarde en papamóvil al recinto de 25 hectáreas, cubierto por un mar de gente. Durante un momento festivo de oración, salpicado de coreografías de baile, el Papa pronunció un discurso en español desde el enorme podio cubierto de azul.
"No estáis aquí por casualidad", dijo el Papa a los cientos de miles de jóvenes que se habían congregado en Lisboa en los últimos días. Para el Pontífice, de 86 años, el "punto de partida" de la JMJ reside en el hecho de que "somos amados como somos" por Dios. No sois un número [...] sino un rostro", recalcó a los participantes, arrancando un aplauso entusiasta.
Improvisando mucho en su discurso, el Papa dijo repetidamente que Dios "nos ama como somos, sin maquillaje, [...] con nuestros problemas, nuestras limitaciones, nuestra alegría desbordante, nuestro deseo de ser mejores". "Dios nos ama como somos, no como nos gustaría ser, y no como la sociedad quiere que seamos", añadió.
Al final, el Papa aseguró a la colorida multitud, que ondeaba banderas con los colores de todo el mundo, que en la Iglesia "hay sitio para todos", incluidos los que se sienten "pobres". Desencadenando una salva de aplausos, instó a los jóvenes "alérgicos a la mentira y a las palabras vacías" a repetir en su propia lengua: "¡Todos vosotros! ¡Todos vosotros!
El Papa también advirtió a las jóvenes generaciones contra las "ilusiones de lo virtual", donde acechan "lobos" que "se esconden detrás de sonrisas de falsa bondad, que dicen saber quién eres pero no te quieren, que insinúan que creen en ti y te prometen que llegarás a ser alguien, solo para dejarte solo cuando ya no les interesas". El Obispo de Roma también denunció los "algoritmos" que calculan la "utilidad" de los internautas "con fines de investigación de mercado".
En esta línea, el jefe de la Iglesia católica instó a las nuevas generaciones a no dejarse "engañar" por realidades que "prometen felicidad" y luego resultan ser "cosas vanas y superfluas [...] que nos dejan vacíos por dentro". "Jesús no es así", dijo. Jesús "confía en vosotros", para él "cada uno de nosotros cuenta, cada uno de nosotros es importante".
El 266º Papa también animó a los jóvenes a no cansarse de "hacer preguntas", una actitud que les impide hundirse en la "costumbre" o en la "normalidad plana que anestesia el alma". Al final de su discurso, instó a los participantes de los cinco continentes a "transmitir el mensaje de amor de Dios". "No tengáis miedo [...] tenemos un escudo, Dios nos protege", agregó.