Durante el Ángelus del 10 de septiembre de 2023, el Papa Francisco definió los contornos de la corrección fraterna, que tiene lugar sin "señalar con el dedo", sino abriendo los brazos con "afecto". Una actitud que evita alimentar el "resentimiento", subrayó.
Desde la Plaza de San Pedro, el Papa comenzó criticando las "habladurías", en las que "todo el mundo conoce la ofensa, con todos los detalles, menos la persona afectada". Una "plaga" que solo trae "división, sufrimiento y escándalo", arremetió el Pontífice de 86 años, citando a San Bernardo de Claraval para subrayar que "la curiosidad estéril y las palabras superficiales son los primeros peldaños de la escalera del orgullo, que no conduce hacia arriba, sino hacia abajo".
Pasos para una verdadera corrección fraterna
El primer paso de la corrección fraterna, explicó el Papa, es hablar "a solas" con la persona en falta, "para ayudarle a ver en qué se equivoca". "Hacerlo por el bien de la persona, superando la vergüenza y encontrando el verdadero valor, que consiste en no burlarse de la persona, sino en decirle las cosas a la cara con dulzura y amabilidad", recomendó el jefe de la Iglesia católica.
Si eso no basta, hay que "buscar ayuda", pero "no en el pequeño grupo de los que hablan", advirtió el Papa. La comunidad debe implicarse, prosiguió, pero sin "poner a la persona en la picota, avergonzarla públicamente".
El objetivo es "unir los esfuerzos de todos para ayudarles a cambiar", para hacerles sentir "afecto", "condenando al mismo tiempo el error", explicó el 266º Papa. El objetivo final es ayudar a "los que caen" a "levantarse y comenzar una nueva vida".