El Adviento es el tiempo en que preparamos el corazón para recibir a Jesús, que se hizo hombre y padeció por nosotros. Qué mejor momento que éste para reflexionar sobre un aspecto clave en nuestra vida de fe: la aceptación de la voluntad del Padre.
La respuesta de María
Una joven recibe un anuncio: será madre del Hijo de Dios. Dios no fuerza a la joven, ni impone sobre ella su voluntad, sino que espera la respuesta de la Virgen que dice "sí, hágase tu voluntad". El Evangelio de Lucas dice lo siguiente:
"El Angel entró en su casa y la saludó, diciendo: '¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo'. Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo.
Pero el Angel le dijo: 'No temas, María, porque Dios te ha favorecido. Concebirás y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús; él será grande y será llamado Hijo del Altísimo. El Señor Dios le dará el trono de David, su padre, reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin'.
María dijo al Angel: '¿Cómo puede ser eso, si yo no tengo relaciones con ningún hombre?'
El Angel le respondió: 'El Espíritu Santo descenderá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por eso el niño será Santo y será llamado Hijo de Dios. También tu parienta Isabel concibió un hijo a pesar de su vejez, y la que era considerada estéril, ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios'.
María dijo entonces: 'Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho'. Y el Angel se alejó.
Disponibilidad para servir a Dios
El padre cruz nos invita a reflexionar sobre la respuesta que da María a la voluntad de Dios. Ella no se dejó llevar por la confusión, el temor o el qué dirán.
En el padrenuestro rezamos "hágase tu voluntad", pero:
¿Cuántas veces hemos hecho lo que deseábamos sin detenernos a consultar con Dios qué era lo que Él deseaba?
O peor aún, ¿cuántas veces, sabiendo que no era lo correcto, elegimos seguir nuestros deseos en lugar de agradar al Padre?
¿Cuántas veces hemos renegado y reclamado a Dios por lo que sucede en nuestras vidas, sin detenernos a meditar qué nos pide Dios en medio de esta situación?
En esta segunda semana de Adviento tenemos la oportunidad de imitar a la Virgen María; de decirle sí al Señor; de decirle "Hágase tu voluntad".
La invitación del segundo domingo:
Para tener un corazón dispuesto a recibir al Rey es necesario cumplir la voluntad de Dios de manera personal y familiar.
Reflexionar con las preguntas anteriores y meditar las palabras del Magníficat que brotaron del corazón de María nos permitirá ver cuán necesario es aceptar el designio de Dios si queremos servirle.
El Padre Cruz nos invita a dejar nuestro corazón abierto a Dios, pues solo así podremos recibir todas las gracias que nos da; pues nos recuerda que nuestro Señor solo da cosas buenas.
En esta espera del Nacimiento de Jesús, ¡abre tu corazón! Sé el medio que lleve a los demás a cumplir la voluntad de Dios.
Pide a Dios el aumento de tu fe para que, a imitación de María podamos decir:
Sí, estoy dispuesto a recibir todo lo que viene de ti".