Seguramente has pasado por momentos en los que todo parece monótono y sin sentido, repitiendo las cosas tan mecánicamente que te acostumbras a no ver más allá de lo cotidiano; vives sin redescubrir cada propósito, sin seguir el consejo de santa Teresita de Lisieux: "hacer de lo ordinario algo extraordinario".
Por lo que te invitamos a que vuelvas a redescubrir las bellezas que Dios tiene para ti, por medio de estos consejos:
1Aprecia lo pequeño
Cuando vamos camino al trabajo, y circulamos por la misma ruta, nos olvidamos de ver los pequeños detalles como los árboles, el cielo y la forma de las nubes, las gotas de la lluvia en las plantas e incluso dejamos de escuchar a los pajarillos cantar cuando el sol sale anunciando un nuevo día.
Estos pequeños pero grandes regalos están al alcance de una mirada o de un momento para escuchar. La lluvia, las olas del mar o el viento que roza tu rostro suavemente siempre están, pero pasan desapercibidos.
2Ríe más
¿Cuándo fue la última vez que te reíste a carcajadas con algún amigo o con tu propia familia? Estudios comprueban que la risa tiene muchos beneficios, entre ellos: la reducción del estrés, ansiedad y depresión. Además, aseguran que mejora la calidad de nuestra vida. ¡Ríe más seguido!
3Capacidad de asombro
Cuando vemos a un niño, vemos que todo le asombra y todo es nuevo para él. Sin embargo, a medida que vamos creciendo, nos olvidamos de esa belleza que hay en asombrarnos por los detalles de nuestros seres queridos, de los lugares a los que vamos o de la comida que comemos; a veces nos parece todo tan normal, que dejamos de maravillarnos.
Retoma la ilusión espontánea, sin olvidar que hay que ser como niños para entrar al reino de los cielos.
4Ponle propósito a lo que haces
Al iniciar el día, proponte hacer metas o pequeños cambios que te ayuden a salir de la rutina. Esto hará que tu día sea diferente, pero sobre todo, con sentido. Siempre hay algo nuevo que podemos hacer y descubrir de nuestro día.
5Tiempo de calidad
El ser humano ha sido creado para relacionarse con los demás, por lo que esta es una gran oportunidad para redescubrir la belleza de la vida. Comparte con tus seres queridos y abrázalos.
Dedica un tiempo para hablar con tus familiares después del trabajo o estudio. Llama a los que están lejos y simplemente comparte con ellos.
Hacer pequeños cambios en tu vida o prestar más atención a lo que quizás tenías olvidado te ayudará a ver la vida con sabor, pues recuerda que somos "La sal de la tierra y la luz del mundo". (Mt 5, 13-16)