La beata María Concepción Cabrera Arias, mejor conocida como Conchita Cabrera, fue una mujer mística -adelantada a su tiempo- que supo vivir su feminidad y compartirla con otras mujeres por medio de su vida y de sus grandes tratados, particularmente su Diario espiritual.
En el, aborda sus experiencias con Dios por medio del hermoso don que Él le concedió al ser mujer, amiga, esposa y madre de nueve hijos, a quienes educó con amor, invitándolos a vivir su fe de forma auténtica.
Un ejemplo a seguir para la mujer
Para esta talentosa beata lo más valioso en su vida fue seguir la voz de Dios. Ella misma decía: "Desde que aprendí, Dios mío, a decirte que sí, ya no hay luchas en mi vida, ya no hay penas para mí".
Su testimonio de virtud es luz para toda mujer que anhela ser virtuosa y vivir su feminidad de manera cálida, siguiendo la voluntad de Dios; por ello, podemos mirar el ejemplo de Concha de Armida, como cariñosamente le dicen.
Te presentamos estas cualidades de Concha que te servirán para ser una mujer plena que resalta la belleza que Dios le da a cada una de sus hijas; así podrás alcanzar la santidad como ella lo ha hecho.
1Amor extraordinario
Conchita decía que "solo el amor de Dios podía transformar el corazón de una mujer".
Se enamoró de Dios de tal forma que, al enamorarse de Él y sabiendo que Dios mismo era su meta, se enamoró después de su muy amado Pancho Armida, con quien después de nueve años de noviazgo, contrajo matrimonio.
Ella tenía claras sus prioridades y en su diario escribió:
"A mí nunca me inquietó el noviazgo en el sentido de que me impidiera ser menos de Dios. Se me hacía tan fácil juntar las dos cosas. Al acostarme, ya cuando estaba sola, pensaba en Pancho y después en la Eucaristía que era mi delicia".
2Un corazón abierto a la maternidad
Concha nos muestra la belleza de estar abierta la maternidad, pues Dios le regaló nueve hermosos hijos que crió con valores y, claro, el ingrediente perfecto: amor.
Como toda mujer, tuvo la ilusión -por naturaleza- de ser madre desde pequeña. Algunas mujeres están llamadas a la maternidad espiritual -como aquellas a las que Dios llama para consagrar sus vidas y que, de forma espiritual, adoptan y oran a muchos hijos-, mientras que otras son bendecidas con el don de engendrar vida y dar a luz.
En el caso de Conchita, fue madre en ambos sentidos, ya que dedicó gran parte de su vida a la oración por todos los sacerdotes, fundando más adelante el Apostolado de la Cruz.
Siento que mi misión es ser madre. Con ardor infinito, deseo abarcar en mi alma el amor de todo el Cielo y la Tierra; El inmenso y maternal amor de María. (CC 58,44).
3Astucia
Esta beata decía: "La mujer posee una astucia natural que no existe en el hombre", porque sabía cómo dirigirse a los demás y siempre hacia lo que tenía que hacer en el momento exacto.
Además, constantemente buscaba la forma de llevar el Evangelio con inteligencia, inspirando a muchas otras mujeres con las que se reunía, al igual que en otros aspectos de su vida.
Gracias a Concha de Armidia podemos constatar que la mujer tiene un papel valioso y que Dios la ha creado con singular belleza y fuerza para ser amada, respetada y valorada.