Han pasado cuarenta años desde que el Papa polaco celebró, junto con los jóvenes, la alegría de ser católicos, de vivir la fe; pero, ¿sabes cómo comenzó?
En 1984 el Papa Juan Pablo II, convocó a una reunión en Roma para celebrar el jubileo de los jóvenes. Se esperaban 60 mil peregrinos... ¡pero la respuesta y devoción fue mayor! Llegaron 250 mil jóvenes de distintos lugares del mundo.
Al siguiente año se realizó de nuevo el encuentro y llegaron 300 mil. Juan Pablo II, al ver la emoción de los jóvenes, decidió mandar una carta apostólica que estableció -oficialmente- lo que conocemos como Jornada Mundial de la Juventud.
Al Colegio Cardenalicio y a la Curia Romana, les escribió:
"Todos los jóvenes deben sentirse acompañados por la Iglesia: es por ello que toda la Iglesia, en unión con el Sucesor de Pedro, se siente más comprometida, a nivel mundial, a favor de la juventud, de sus preocupaciones y peticiones, de su apertura y esperanzas, para corresponder a sus aspiraciones, comunicando la certeza que es Cristo, la Verdad que es Cristo, el Amor que es Cristo, a través de una apropiada formación".
Así fue como inició una de las mejores obras que nos dejó este santo. Edición tras edición, la Jornada es un respiro de aire fresco para los jóvenes, que demuestran el gran amor que sienten por Cristo; pero también para los niños, adultos y fieles que, gracias a la fe renovada de los jóvenes, encuentran luz y fuerza para continuar su camino espiritual.
Aleteia te trae los datos más interesantes de estas cuatro décadas de alegría. Desliza las imágenes para conocerlos:
Inspírate con las historias más hermosas de la JMJ:
