Las experiencias místicas de los santos son misteriosas, incluso para ellos. Santa Catalina de Siena tuvo dos encuentros en con el Señor Jesús, que, de manera particular, fueron estremecedores y extraños.
Una vez, en ferviente oración, Catalina dijo al Señor: "Crea en mí un corazón limpio, oh Dios. Cambia mi resfriado, lleno de tentación; y carente de amor. Jesús, dame un corazón nuevo"..
Y el Señor Jesús le tomó la palabra.
Un corazón por otro
La santa contó a su confesor, san Raimundo de Capua, que el mismo Jesús abrió su costado y se llevó su corazón. Naturalmente, explicó que era imposible vivir sin un corazón. Ella respondió: "Nada es imposible para Dios".
No mucho después, Jesús reapareció ante Catalina, esta vez sosteniéndole su Sagrado Corazón en su mano. Como antes, abrió su lado izquierdo, y esta vez, colocó su propio corazón dentro, diciendo:
"Tomé tu corazón que me ofreciste. Ahora, ya ves, te estoy dando la mía, para que puedas seguir viviendo con ella para siempre".
Hagamos lo mismo e intercambiemos nuestro corazón con el de Cristo.