En las familias donde hay más de un hijo suelen existir estereotipos para cada uno de ellos. Una investigación realizada por el periódico americano The New York Times arrojó como resultado que, en general, se tiene el concepto de que "los hijos primogénitos son fiables y tienen grandes logros; los hijos del medio son sociables y rebeldes (y se les pasa por alto); y los niños más pequeños son encantadores y manipuladores".
Hija mayor, ¿un reto?
Mucho se ha cuestionado en si ser hija mayor tiene o no sus beneficios; para algunas personas este orden de nacimiento sí tiene sus ventajas, puesto que -al ser las primeras- obtienen más atención, así como abundantes recuerdos fotográficos y de todo tipo.
Por otro lado, existe una gran carga emocional para aquellas que llevan la batuta como hijas mayores, recibiendo el peso de ser ejemplo maduro para los menores y de cumplir las expectativas de los padres.
Estudios sobre el orden de nacimiento
Según el citado artículo del NYT, el término "Síndrome de la hija mayor" no existe en el ámbito de la psicología o de la medicina. Su uso corresponde especialmente a las redes sociales, sobre todo por algunos terapeutas y - principalmente- por mujeres internautas que se han sentido familiarizadas con la presión de tomar responsabilidades a una temprana edad, lo cual trae consecuencia ciertas heridas emocionales.
Te presentamos algunos puntos que influyen en el comportamiento y sentimientos de aquellas mujeres que se sienten identificadas con este síndrome, según la terapeuta Kati Morton, quien se hizo viral al publicar un video relacionado con este síndrome.
1Un gran sentido de responsabilidad
Sientes que debes cumplir con los deberes e incluso con la influencia que dejas en tus hermanos menores.
2Buscas triunfar y tener éxito en lo que haces
Cada meta que te propones, buscas hacerla bien para generar asombro en tus padres, de tal forma que cumplas con sus expectativas.
3Te preocupas demasiado
En estos casos tu preocupación puede llegar a convertirse en ansiedad por la fuerte carga emocional o tareas asignadas desde pequeña.
4Buscas agradar a la gente
Sueles tener un trato amable y cálido con la gente, para mantener el orden y el control en ámbitos sociales.
5Te cuesta poner límites
Es difícil pronunciar un "no" cuando te piden algún favor, desde hacer una tarea doméstica hasta cuidar de tus hermanos menores.
6Tienes sentimientos encontrados con tus hermanos y padres
El resentimiento con tus padres y hermanos, especialmente, puede potencializarse, puesto que ves una actitud más relajada hacia ellos, mientras que contigo sientes un nivel de exigencia alto.
7Tienes sentimientos de culpa
Cuando no cumples con algo que se esperaba de ti, comienzas a sentir culpa, incluso por las veces en las que te enojas o te encuentras en un momento de frustración.
8Tienes dificultades en tus relaciones adultas
Al momento de forjar vínculos te cuesta sostener una relación fuerte a causa de tus heridas de la infancia.
Si alguna vez te has sentido así, es normal, pero no olvides que ser hija y hermana mayor no te quita tu esencia como hija de Dios y como persona, al contrario, puedes transmitir mucho con tu ejemplo y con tu bondad.