"Para Cristo, yo soy importante, insustituible", dijo el Papa Francisco durante la oración mariana del Regina Caeli en la Plaza de San Pedro el 21 de abril de 2024. Explicó que el valor de un hombre o una mujer no depende de las metas alcanzadas ni del juicio de los demás.
Como cada domingo a mediodía, el Papa Francisco se asomó a la ventana del Palacio Apostólico Vaticano para dirigir una breve catequesis a los peregrinos reunidos en torno al obelisco de la Plaza de San Pedro. Comentando el Evangelio del "Buen Pastor", en el que Jesús explica que da la vida por sus ovejas, el Papa Francisco amplió la imagen:
"Él nos conoce, nos llama por nuestro nombre y, cuando nos extraviamos, nos busca hasta encontrarnos. Piensa en cada uno de nosotros como en el amor de su vida".
El Papa subrayó que cada uno vale "el precio infinito" de la vida de Jesús. "Esto no es una manera de decir: Él dio verdaderamente su vida por mí, murió y resucitó por mí, porque me ama y encuentra en mí una belleza que a menudo no veo".
A continuación, el jefe de la Iglesia católica animó a los fieles a no depreciarse. "¿Cuántas veces pensamos que nuestro valor depende de los objetivos que alcanzamos, de nuestro éxito a los ojos del mundo, de los juicios de los demás?"
Por último, invitó a todos a encontrar un "momento cada día" para redescubrir el "secreto de la vida", a saber, que "el Buen Pastor dio su vida por ti, por mí, por todos nosotros".