En mi familia, como en la tuya y la de muchos, hemos recibido muchos favores de la Santísima Virgen María, nuestra Madre celestial.
Me encanta saberla en el cielo intercediendo por nosotros ante su hijo Jesús. Suelo sonreír cuando leo esta escena del Evangelio, porque me recuerda que un hijo como Jesús NUNCA le negará nada a su Madre.
“Tres días después se celebraba una boda en Caná de Galilea y estaba allí la madre de Jesús. Fue invitado también a la boda Jesús con sus discípulos. Y, como faltara vino, porque se había acabado el vino de la boda, le dice a Jesús su madre: “No tienen vino.” Jesús le responde: “¿Qué tengo yo contigo, mujer? Todavía no ha llegado mi hora.” Dice su madre a los sirvientes: “Haced lo que él os diga.” (juan 2, 1-5)
Parece que estas palabras resuenan a través del tiempo.
¿Qué nos dice la Virgen a nosotros sus hijos espirituales?
“Haced lo que Jesús os diga”.
https://www.youtube.com/watch?v=F4xtJOQSY2E
El 15 de diciembre de 1989 un joven misionero del Santuario Nacional del Corazón de María y miembro de la “Legión de María” nos traía a la casa la imagen de la Virgen Peregrina. Se rezaba el santo Rosario en familia, leíamos fragmentos de la Biblia y reflexionabamos en lo que habíamos leído. Era muy agradable recibir a la Virgen porque sentías su protección maternal, su amorosa presencia en tu casa.
Pocos días después, se iniciaba la invasión de los Estados Unidos a Panamá. Como todos experimenté una gran inquietud. Nadie sabía qué estaba ocurriendo o lo que pasaría en los días posteriores.
Por seguridad mudé a mi familia al cuarto donde teníamos a la Virgen Peregrina. No imaginas la tranquilidad que ella nos dio.
Rezamos por aquellos que no tendrían la oportunidad de salir con vida, o por los que se encontraban lejos de sus casas y no podían llegar por los peligros que acechaban en la calle.
Sé de un caso en el que la persona le dijo agradecida a un sacerdote: “La Virgen me ha salvado”.
Y en tu casa, ¿han experimentado favores de la santísima Virgen María?
Todos los días, agradecido, le ofrezco a Dios mi vida, mis pensamientos y le pido a la Virgen que nos cubra con su Manto, que vele por nuestras familias, que le hable a Jesús de nosotros.
No temas acudir a María, nuestra madre del cielo.
¡Qué bella eres Virgen María!
“Sabe y ten entendido, tú el más pequeño de mis hijos, que yo soy la siempre Virgen María, Madre del verdadero Dios por quien se vive: del Creador cabe quien está todo: Señor del cielo y de la tierra”. (Nuestra Señora de Guadalupe)
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