Les ocurre a muchos, y piensan desanimados: “¿Para qué voy a rezar? Nada se puede hacer conmigo”.
Si no rezas te irá peor. Cada vez te vas a apartar más de Dios.
Vaya manera astuta del demonio de desanimarte y hacerte caer. No te dejes. Vales mucho a los ojos de Dios.
La oración es un don que Dios te da, sensibiliza tu alma y te hace comprender las gracias que recibes.
La oración te abre los ojos del alma y te permite ver más allá.
Siempre me ha impactado este breve encuentro de la Virgen María con los pastorcillos de Fátima. Ocurre en la primera aparición.
La oración le permitió a al niño Francisco Marto poder ver a la Sra. del cielo.
Se dice que, en un principio, Francisco no podía ver a Nuestra Señora.
Lucía, preguntó a la Virgen por qué Francisco no podía verla.
“Dile que rece el rosario y que me va a ver”.
Francisco rezó y pudo verla.
Suelo rezar a diario. He aprendido a estar consciente de que cuando rezo le hablo a Dios. Sé quién es Aquel con quien hablo, desde el alma. Comprendo que cuando rezo estoy en la presencia de Dios.
Hablo con Dios. Por eso procuro hacerlo devotamente, dedicarle a Dios el tiempo que merece, no mis sobras, cuando estoy tan cansado a punto de dormir que apenas balbuceo la oración.
Hace poco encontré un amigo que me comentó: “Rezo poco. Soy un pecador”.
Le respondí: “Reza mucho y serás menos pecador”.
La oración no te libra del pecado, pero te ayuda ser consciente de las tentaciones y te ayuda a vencerlas y pecar menos. Te da una sensibilidad al pecado que te pone en alerta y te dices: “No haré esto, por ti, buen Jesús”.
La oración es un encuentro con el Rey de los cielos. Debes saber ante quién estás cuando rezas y a quién le diriges tu oración.
Santa Teresa de Jesús escribió mucho sobre esto, la devoción con que debemos rezar, el saber a quién le hablamos. Así obtendremos muchos frutos espirituales.
El alma se une al Padre, con la oración. Así que, si te sientes pecador, con más razón debes aprender a rezar devotamente, sin repetir palabras, que cada una te brote como un gesto de amor.
Decía don Bosco que nada hace tanto bien al alma como la lectura de un buen libro de espiritualidad que nos renueve la fe, la esperanza y nos ayude a crecer espiritualmente.
Hoy me gustaría recomendarte uno de mis favoritos: Historia de un Alma, de santa Teresita del niño Jesús. Puedes hallarlo en cualquier librería católica.
¡Dios te bendiga!
……………………………….
Decía don Bosco que nada hace tanto bien al alma como la lectura de un buen libro. Te invitamos a conocer los maravillosos libros de nuestro autor Claudio de Castro Son Vitaminas para el alma.
Te recomendamos “EL GRAN SECRETO PARA OBTENER LO QUE LE PEDIMOS A DIOS” un maravilloso libro que ha tocado muchas vidas.
¿CÓMO ADQUIRIRLO?
Si vives en: