A menudo me escriben personas que me comentan: “Dios no me escucha” o me preguntan: “¿Cumple Dios sus promesas?”
Mi experiencia es que Dios siempre escucha y siempre cumple sus promesas. No hay dudas.
Me encanta buscar sus promesas en el Evangelio y hasta ponerlas a prueba, no por desconfianza, sino por tener la experiencia viva de Dios.
Descubrí estas dos promesas que son mis favoritas:
“Estén siempre alegres en el Señor; se lo repito, estén alegres y den a todos muestras de un espíritu muy abierto. El Señor está cerca. No se inquieten por nada; antes bien, en toda ocasión presenten sus peticiones a Dios y junten la acción de gracias a la súplica. Y la paz de Dios, que es mayor de lo que se puede imaginar, les guardará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús.” (Fil 4, 4-7)
“Si, pues, vosotros, siendo malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¡cuánto más vuestro Padre que está en los cielos dará cosas buenas a los que se las pidan!” (Mateo 7, 11)
Me encanta cuando dice: “vuestro Padre”.
Dios Todopoderoso, para quien NADA ES IMPOSIBLE, también es mi padre. Esto es genial! Piénsalo… ¿Por qué nos preocupamos tanto teniendo un Padre como Él, que nos ama desde la eternidad?
Hoy recuerdo aquellas dulces palabras, que estando con Jesús frente a un sagrario, escuché vivamente en lo más hondo de mi alma:
“Escribe, deben saber que lo amo”.
“Lo haré”, respondí, “si sólo tengo que escribir y Tú te encargas del resto. Tú serás quien toque los corazones, abra las puertas que debo cruzar y me guíes por tus senderos”.
Abandoné lo que parecía un buen futuro para hacer lo que Dios me pedía: Sencillamente escribir.
¿Confié? Me costó en un principio, pero Él me mostró por dónde caminar y constantemente me daba empujoncitos como diciendo: “Ánimo Claudio que no estás solo”.
No tienes idea cuántas personas me dijeron que estaba “loco” por abandonar el camino empresarial para andar por uno que no se veía trazado en ningún mapa.
¿Cuál fue el resultado de esta aventura? Mis escritos se traducen al polaco, árabe, alemán, inglés, portugués y en este momento al chino. Llegan a cientos de personas a las que Jesús toca y tranforma y las ayuda a reencontrar el camino.
Estoy consciente que es Él, en todo. Lo verdaderamente importante lo hace Jesús.
Me di cuenta que estamos en este mundo temporal para amar, creer y confiar en Dios. Y ganarnos una maravillosa eternidad. ¿Cómo? “Haciendo lo que Jesús nos pide”. Lo sabrás en el Evangelio. Vas a encontrar Palabras de vida eterna.
San Pedro fue uno de los primeros en descubrirlo.
“Señor, ¿donde quién vamos a ir? Tú tienes palabras de vida eterna.” (Jn 6, 68)
Lo que te propongo en estos días es muy sencillo. Hacer algo por Jesús. Y va a ser grande, extraodinario. Una aventura espiritual única.
“AMAR A TODOS” y “CONFIAR en Dios nuestro Padre”.
¿Cómo puedo resumir esa aventura en palabras más sencillas?
“VIVAMOS EL EVANGELIO”
Cuando llegue enero, después de esta maravillosa aventura, escríbenos, comparte tus experiencias. Nos encantaría saber cómo te fue. Qué descubriste.
Yo caminaré contigo porque haré igual.
CONFIARÉ. Y si me cuesta, le pediré a Dios la gracia de confiar.
AMARÉ. Y si me es imposible amar a mis enemigos, le pediré a Jesús que me regale una pizca de su amor para amar como Él nos ama.
“En esto conocerán todos que sois discípulos míos: si os tenéis amor los unos a los otros.” (Jn 13, 35)
Yo quiero amar, aunque me cueste (me cuesta, en verdad). Quiero ser discípulo de Jesús.
¿Te animas? Vamos… Es hora. Empecemos a caminar.
………………………….
¿Conoces los libros de nuestro autor Claudio de Castro?
Te invitamos a darles una mirada en este enlace: “Haz CLIC aquí“