Es maravilloso.
Cada día recibo testimonios de cientos de personas que han encontrado un oasis de paz al lado de Jesús Sacramentado. En un mundo tan conflictivo necesitamos esa Paz, la certeza que no estamos solos.
Dios, a pesar de todo, nos ama inmensamente.
Soy de los que van cada día a un oratorio donde tiene un sagrario, el recinto donde el sacerdote guarda el copón con el Santísimo Sacramento, las hostias consagradas que no fueron consumidas durante la Eucaristía.
Me siento feliz ante el sagrario porque sé que Jesús me ve y me escucha. Podrás decir que llevas meses y no te escucha. La experiencia me ha enseñado que sí lo hace y se conmueve contigo. Y aunque no lo percibas te da gracias para fortalecerte y que puedas seguir adelante y llegar al Paraíso.
Es un gran amigo y hace lo que los amigos. Así de sencillo.
Te compartiré un par de testimonios que me han gustado mucho.
Y por favor, cuando vayas a verlo en el sagrario, dile:
“Jesús, Claudio te manda saludos”.
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Alguien muy especial hace 2 años me dijo:
“Visita a Jesús en el sagrario por una semana y me dices qué tal te va…”
Han pasado dos años y no pasa un día en que no quiera estar con él un momento a solas. Es en ese preciso momento en donde una sensación de paz y tranquilidad me embarga, comienzo a preguntarme:
“¿Cómo puedes caber en ese pedacito de pan? Ese mismo pedacito que cada domingo y en cada misa queda en mí, y que luego precisamente yo, una humilde pecadora me convierto en su sagrario viviente”
Es un enigma que me queda grande y difícil de comprender, pero el solo hecho de pasar 10, 15, 20, 30 minutos o una hora con Él me son suficientes para continuar mi día con alegría y más aún los jueves Eucarísticos… eso es algo que me llena…
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Cada vez que visitamos y adoramos a Jesús en el Santísimo Sacramento nos sentimos renovados, sintiendo la paz que ÉL nos transmite. Sabemos que está presente con nosotros. Le pedimos que despierte más vocaciones de adoradores comprometidos. Anótense en una Capilla de Adoración Perpetua tomando una hora semanal y ¡verán lo que son los milagros!
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Hace tiempo me propuse visitar a Jesús cada semana y me siento maravillosamente y ahora se ha convertido en una necesidad para mi estar ahí frente a Él, verdaderamente me siento bendecida y fortalecida.
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Cristo Jesús nos cautiva. Y nos cambia la vida. Es hermoso sentir Su Divina Presencia. Es de nunca acabar Bendecir y dar Gracias por tantos detalles de amor.
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Te dejo con esta bella canción