¿Conoces bien a quien tanto amas?
Es importante conocer bien a tu cónyuge para avanzar junto a él o ella en el camino del matrimonio, sobre todo en los momentos de tormenta. Los esposos que han realizado un mapa amoroso que representa el mundo del otro pueden afrontar mejor las dificultades y los conflictos que puedan surgir en el matrimonio. Y tú, ¿eres capaz de diseñar el mapa que lleve hasta el corazón de tu cónyuge?
Las parejas que tienen una buena inteligencia emocional (una capacidad para identificar, acceder y controlar sus emociones, las de los demás y las de un grupo)
- conocen bien sus universos recíprocos.
- Poseen todas las informaciones útiles de la vida de su cónyuge.
- Recuerdan los momentos que han marcado su vida.
- Saben el sentido que quiere darle a su vida, las inquietudes que más le han preocupado y le siguen preocupando, así como sus esperanzas.
- Conocen los recovecos más íntimos del corazón de su pareja y pueden navegar por su corazón sin servirse de un GPS.
Y tú, ¿serías capaz de trazar un mapa que condujera hasta el corazón de tu cónyuge?
Aquí tienes algunos consejos para conseguirlo. A tu bolígrafo, listo, ¡adelante!
Un juego de preguntas francas y discretas
Un conocimiento íntimo del cónyuge fortalece la capacidad de acompañarlo precisamente en ese camino de la vida conyugal y, en particular, en los momentos de marejada o incluso tempestad, inherentes a la vida cotidiana.
Los esposos que dibujan un mapa amoroso, donde aparecen palabras o imágenes que representan el mundo del otro, pueden afrontar mejor las oposiciones y los conflictos que puedan surgir.
Para realizar estos mapas, los esposos deben someterse mutuamente a unas preguntas francas (pero discretas) para que cada uno pueda, al final, sentirse mejor escuchado y mejor comprendido. Para ello, los cónyuges tendrán que “interrogarse” por turnos, escucharse bien, tomar notas y, sobre todo, no juzgarse. El conocimiento profundo de la vida interior del otro enriquecerá y ahondará la relación.
Conocer mejor a la pareja para amarla mejor
Pueden abordarse un gran número de ámbitos, con un tono divertido o de forma más seria, según convenga, en el escrutinio de las preguntas recíprocas. Es posible comenzar por preguntas ligeras sobre aficiones, amistades, viajes, lecturas que avivaron su juventud, hasta ir llegando a ámbitos más profundos sobre la identidad, temores y esperanzas, ambiciones y fracasos, heridas y curaciones, relaciones afectivas, grandes proyectos…
Descubrir la vida interior del otro no puede sino suscitar una escucha benévola y respetuosa. Se crea un espacio sagrado donde hay comodidad en el acogimiento y el silencio. Es necesario seguir el juego y dejar la puerta abierta a un mejor conocimiento de la pareja para aprender a amarla mejor.
Marie-Noël Florant (Asesora matrimonial y familiar)