Y así es cómo puedes preparar auténticas obras maestras para celebrar la Pascua sin necesidad de tener un material demasiado sofisticado.
Desde la antigüedad, el huevo simboliza la vida, la fertilidad, el renacimiento y la esperanza. Para los cristianos, se ha convertido en el signo de la resurrección de Cristo.
Hasta el siglo XVII, los huevos no se consumían durante la Cuaresma. Se acumulaban durante cuarenta días hasta la fiesta de la Pascua. Todavía hoy somos muchos los que no los consumimos desde el Domingo de Ramos hasta la mañana de Pascua.
A partir del siglo XIII, aparecieron en Europa los huevos pintados, a menudo de color rojo en referencia a la sangre derramada por Cristo para la salvación de la humanidad.
Según una leyenda apócrifa, el día de Pascua, María Magdalena presentó el primer huevo de Pascua al emperador romano Tiberio para anunciar la resurrección de Cristo. Sin embargo, Tiberio, que no creía en estas palabras, habría respondido que nadie podía resucitar, así como un huevo blanco no podía volverse rojo. Tan pronto como pronunció esta frase, ocurrió un milagro: el huevo de gallina, traído por María Magdalena, se volvió completamente rojo.
Hazlo tú mismo
Hoy en día, y con gran creatividad, los cristianos continúan decorando los huevos con pintura, pegatinas, plumas, brillantina…
Teñir los huevos duros es fácil. ¡Solo se necesitas tiempo (lo que seguramente nos sobre durante este confinamiento)!
¿Cuáles son los productos necesarios para decorar los huevos? ¡No te preocupes! Es posible crear huevos preciosos con medios que tenemos en casa: un cazo, huevos, agua, café, espinacas, remolacha, col morada, té… ¡Todo es útil para colorear los huevos!
Muchos productos naturales que se encuentran fácilmente en cualquier cocina pueden ser usados como colorante natural para los huevos de Pascua. El café puede hacer que los huevos se vuelvan marrones, y el jugo de remolacha puede hacerlos rosados. Las espinacas les dan un color verde, la col lombarda los vuelve azules. La cúrcuma puede usarse para darles un aspecto dorado y la piel de la cebolla para que adquieran un color marrón.
Paso a paso
Cocer
Hervir los huevos a fuego lento (para evitar que la cáscara se rompa).
Preparar el tinte
Basta con hervir durante 30 minutos en una cacerola un cuarto de litro de agua al que se le añaden dos cucharadas de vinagre de uva blanca y el ingrediente natural escogido para dar el color que deseas a tus huevos: espinacas, café, col roja, cáscaras de cebolla, té, cúrcuma…
Limpiar el huevo para el tinte
Antes de sumergir los huevos, impregna papel de cocina en vinagre blanco para limpiar el huevo y asegurarte antes de sumergir el huevo en el tinte de que esté bien limpio para poner recibir el color.
Teñir
Sumergir los huevos en el agua con color durante un minuto o varias horas dependiendo de la intensidad del color que se desea.
Secar
Sacar los huevos del cazo con la ayuda de una cuchara y dejar secar en una huevera de cartón o de plástico, o bien en un papel de cocina.
Lustrar
Una vez los huevos teñidos, escurrirlos y secos, conviene impregnarlos con un poco de aceite de girasol para que adquieran brillo.
Presentar
Una vez secos pueden ser colocados en hermosos envases. Y no te preocupes, ¡estos huevos siguen siendo comestibles!
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