La oficina del pontífice recibe cientos de cartas al día, desde todo el mundo“Una llamada me cambió la vida: el papa Francisco me dijo que si fuera necesario, bautizaría él a mi hijo”. Quien habla es Anna, una joven romana quien al quedarse embarazada, descubrió que el padre de su criatura estaba casado ya y que no tenía ninguna intención de encargarse del niño, ni de seguir con ella.
Ella decidió continuar con el embarazo a pesar de todo, y como desahogo, pues se sentía sola e infeliz, escribió hace meses una carta al papa Francisco.
Para su sorpresa, unos días después recibió una llamada del Pontífice en persona, quien le dio ánimos y esperanza y le aseguró que si tenía problemas por su condición de madre soltera, él en persona bautizaría al niño.
Como esta, el papa Francisco recibe cientos de cartas cada día, miles a la semana. Algunas de ellas reciben una llamada personal del Papa, otras reciben una respuesta por escrito con ayuda de sus colaboradores.
Pero todas son leídas y atendidas, a través de una oficina de la Secretaría de Estado, que es la que gestiona la correspondencia del Papa.
¿Cómo escribir al Papa?
Siempre ha sido posible mandar una carta al Papa, tanto a Francisco como a sus predecesores. Pero indudablemente, el Papa Francisco, con su estilo pastoral sencillo y popular, amante de los gestos “fuera de programa”, ha suscitado gran simpatía.
La forma de hacer llegar un mensaje personal al Papa es la carta en papel. El Papa no tiene correo electrónico público y, como es comprensible, no retuitea ni escribe mensajes personales a sus millones de seguidores en Twitter. No importa el idioma en el que sea escrita: sólo debe ir dirigida a:
Sua Santità Francesco, 00120 Città del Vaticano
¿Cómo ver al Papa?
Ver al papa Francisco es gratis siempre, pero para poder ver acudir a una audiencia o encuentro hay reglas precisas: no hay ningún requisito para participar en el Ángelus en la Plaza de San Pedro (fuera, obviamente, de estar presente en la plaza a las 12 de la mañana del domingo).
Sí se necesita billete, en cambio, para las audiencias papales, tanto para las del miércoles como para encuentros de otro tipo.
Quien gestiona estos permisos es la Prefectura de la Casa Pontificia. Para las audiencias de los miércoles (que suelen ser en el Aula Pablo VI), es necesario enviar un fax o carta o hacer una llamada telefónica (de 9 a 13 hora local), indicando el día en que se quiere participar y el número de participantes.
Los billetes deben retirarse antes del acto en la oficina situada en la Puerta de Bronce, en la columnata de la derecha de la plaza de San Pedro.
Los teléfonos, direcciones y otros datos se encuentran en el link http://www.vatican.va/various/prefettura/index_sp.html, donde también se puede descargar un módulo de petición de billetes.
Otra cuestión son las audiencias privadas, que deben gestionarse directamente con la Prefectura, y la participación en los actos públicos como viajes y misas.
En cada caso, el Vaticano informa sobre el modo de conseguir billetes de acceso, a través de la Prefectura o de las páginas especiales creadas en cada caso, como sucedió por ejemplo en la JMJ de Río, cuando quien organiza el acto no es la Santa Sede.
Ahora bien, ¿conseguir tocarle, recibir una bendición espontánea, una sonrisa o que en ese momento el papamóvil se detenga delante de uno y pueda estrecharle la mano o que bese a un hijo? Nunca se sabe con este Papa…