La mejor herencia que un padre de familia puede dejar a sus hijos en este mundo grosero es la buena educación
La prioridad de un padre de familia, más que darles a los hijos lo necesario –ni más ni menos- para que tengan o lleven una vida digna, es formarlos o educarlos para la vida, es darles sólidos fundamentos para que sean personas de bien, ofrecerles herramientas para que sean felices en definitiva.
La mejor herencia que un padre de familia puede dejar a sus hijos en este mundo grosero es la buena educación. La educación de los hijos podríamos centrarla en tres puntos:
- Educación de la conciencia: para que desde niños sepan distinguir lo bueno de lo malo.
- Educación del carácter: para que fortalezcan su voluntad y sepan rechazar lo malo aunque sea apetecible o aparentemente inocuo.
- Y educación del corazón con sentido de trascendencia: para que aprecien los valores y rechacen los antivalores. Recordar que los niños observan el comportamiento de los padres. Más que educar con palabras, hay que educar con el ejemplo. Que los padres refuercen lo que dicen con lo que hacen.
Parte de ésta misión se logra, entre otros, con los siguientes puntos.
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- Fomentar en los niños su responsabilidad dándoles pequeñas misiones y/o tareas. Que conozcan el valor del sacrificio. Les enseñara lo mucho que pueden aportar y les hará ver que son responsables de sus actos, mas no de lo que ocurre en su entorno.
- Servir de ejemplo ante las circunstancias adversas para que los niños vean cómo se superan correctamente. Es importante que los padres les transmitan una forma constructiva de reaccionar y mantener el control ante el estrés.
- Ayudarles a encontrar sus fortalezas. El poder desarrollarlas es la base de la fuerza personal de cada uno. Ayudarles a creer en sí mismos y a tener una sana autoestima.
- Que los niños vean los problemas como retos a resolver y no como amenazas; y que aprendan tanto a prevenirlos, gestionarlos, como sacar de ellos una lección de vida. Ayudarles a los niños a buscar las cosas buenas de cada día. Hacerles saber que no están solos, es decir hay que darles a los niños apoyo emocional.
- Permitir que los niños encaren sus problemas pues “rescatarles” de estas pequeñas circunstancias difíciles no les permite aprender estrategias para afrontar y resolver sus problemas presentes y futuros. Hacerles ver que son responsables de sus vidas.
- Dejar que gradualmente vayan tomando decisiones. Irán aprendiendo de la experiencia para el futuro.
- Padre de familia: No pretenda ser como su hijo, no se infantilice o juvenilice, él necesita sentir que está guiado por adultos serios y maduros.
- Crear un clima de comunicación donde el niño se sienta cómodo. Que los niños tengan la confianza para contar sus cosas, que no tengan miedo de la reacción de sus padres.
- Hacerles saber que sus hijos tienen deberes con la sociedad, y si ellos no entienden la palabra “sociedad”, por ser algo abstracta, hacerles saber entonces que tiene deberes con personas concretas.
- Establecer límites y disciplina. Los niños tienen que saber lo que ocurre si no hacen lo que se les pide. El castigo, que debe ser proporcional y compatible a la edad del niño, se debe siempre cumplir. El castigo nunca ha ser violento ni en palabras ni en acciones y debe mirar a la corrección. Las normas deben ser coherentes y claras e ir acompañadas de explicaciones lógicas.