En mayo de 1982, en el aniversario del atentado acaecido el año anterior en la Plaza San Pedro, cuando Juan Pablo II fue gravemente herido por Ali Ağca, el papa polaco visitó Fátima para agradecerle a la Virgen haberlo salvado.
Las historias de la época nos recuerdan que el 12 de mayo de ese año, un sacerdote español, Juan María Fernández y Krohn, intentó atacar al pontífice con una bayoneta, pero fue detenido a tiempo por los servicios de seguridad.
En realidad, como se sabría luego oficialmente en 2008 por boca de su secretario, el cardenal Sanislaw Dziwisz, Juan Pablo II fue realmente herido.
Creía que el Papa corrompería el Vaticano
Krohn había sido ordenado sacerdote en la Fraternidad Sacerdotal de San Pío X (y fue expulsado tras el intento de homicidio), después de haber frecuentado el seminario de Écône, en Suiza, en 1978.
Durante el proceso dijo que según él, el papa Juan Pablo II estaba aliado con la Unión Soviética y en realidad era un agente secreto comunista con la tarea de corromper el Vaticano.
Un hecho desconocido para la mayoría y que parece casi una confirmación póstuma de la veracidad de una premonición que Bruno Cornocchiola había recibido de la Virgen la mañana del 23 de febrero de 1982:
"La santidad del Padre estará nuevamente en grave peligro por su vida física, pero la protección no faltará: estaré cerca de él. Sus enemigos intentan taparle la boca".