En la costa este de Taiwán, un templo inspirado en la Cenicienta intenta ser un “imán para bodas”
Desde los inicios de su boom económico y de consumo, en China la llamada “arquitectura rara” es una tendencia. Tras cuatro décadas de desarrollismo prácticamente ininterrumpido, y de un ritmo frenético de construcción y urbanización (con consecuencias ambientales que ya los grandes centros urbanos comienzan a pagar, con creces), China es hogar de una serie de edificaciones no sólo extravagantes, sino abiertamente kitsch.
Una de ellas es la llamada “Iglesia de La Cenicienta”, un templo aparentemente no adscrito a ninguna iglesia –de hecho, en ella no se celebra la Eucaristía- pero que procura convertirse en el escenario ideal para una boda de ensueño.
Es un edificio de 17 metros de altura, hecho con 320 paneles de vidrio azul en forma de zapato de cristal, al más puro estilo de la versión de Disney de la historia de la Cenicienta.
El edificio, que costó aproximadamente 623.000 euros, y que es una iniciativa de la dirección de turismo de Taiwán (que permanece independiente del gobierno de Beijing), ya ha sido públicamente cuestionado, alegando que se trata de una excesiva simplificación no sólo de la feminidad, sino de la propia institución del matrimonio.
Sin embargo, los responsables de la edificación han respondido que, además, el edificio es un homenaje a una joven taiwanesa que, durante la década de los 60’s, sufrió una obstrucción de las arterias y vasos de las piernas. Eventualmente, tuvieron que amputárselas, y su prometido canceló la boda.
Desde entonces, señala esta nota del diario ABC, la chica habría pasado su vida recluida. En teoría, la iglesia procura recordar a quienes en ella se casan, que el matrimonio es, en efecto, “en la salud y la enfermedad”.