Pidamos unificar toda nuestra vidaLevántame, Señor, que estoy caído,
sin amor, sin temor, sin fe, sin miedo;
me quiero levantar y me quedo quieto:
yo mismo lo deseo y yo mismo lo impido.
Estoy, siendo uno solo, dividido:
a un tiempo muerto y vivo, triste y contento;
lo que puedo hacer, eso no puedo;
huyo del mal y estoy en él metido.
Tan obstinado estoy en mi porfía,
que el temor de perderme y de perderte
jamás de mi mal uso me desvía.
Tu poder y bondad truequen mi suerte
que en otros veo enmienda cada día,
y en mí, nuevos deseos de ofenderte.
Señor, te lo pido, ¡unifícame!
Unifica los diversos planos de mi ser
Unifica mi vida con mis sueños
Unifica las ansias más profundas
con el cotidiano acontecer.
Unifica, Señor, mi inteligencia con mi corazón
Unifica los quereres con la loca imaginación
Unifica la sonrisa y la ternura
con el dolor y la sin razón.
Unifica el egoísmo en el Amor
Unifica el desconcierto en la Armonía
Vos que todo lo podés, Señor,
podés unificar esta dispersión en tu Corazón.
Amén
Miguel de Guevara / Josefina Errázuriz
Artículo originalmente publicado por Oleada Joven