En la audiencia general, el Pontífice reflexiona sobre el Perdón sobre la Cruz y la fe del ‘buen ladrón”.En la audiencia general de este miércoles 28 de septiembre de 2016, el papa Francisco invitó a los fieles y peregrinos de todo el mundo congregados en la Plaza de San Pedro a seguir el ejemplo del “buen ladrón” que se supo “robar el paraíso” creyendo en Jesús y llamándolo por su nombre.
Al margen de las hojas preparadas, el Pontífice invitó a los cristianos a realizar una oración muy breve pero eficaz para alcanzar el paraíso como el ladrón bueno.
“En la cruz, el último acto confirma la realización del diseño salvador” de la misericordia de Dios. “El buen ladrón lo ha llamado por su nombre: Jesús, Jesús. Una oración breve: Jesús, Jesús, Jesús, Jesús. Y así háganla durante todo el día”.
“Todos somos llamados, buenos y malos. La Iglesia no es sólo para los buenos o para aquellos que parecen buenos, o se creen buenos. La Iglesia es para todos y también preferentemente para los malos. ¡Porque la Iglesia es misericordia!”, dijo Francisco con convicción al predicar sobre el perdón en la Cruz.
La cruz de todos los días
“Jesús nos ha salvado quedándose en la cruz. Y todos nosotros sabemos que no es fácil quedarse en la cruz, en las pequeñas cruces de todos los días. ¡No es fácil! Él en esa gran cruz de sufrimiento se ha quedado allí y nos ha salvado. Ahí nos ha demostrado su omnipotencia y nos ha perdonado”, expresó.
Francisco se dirigió a quienes sufren: a “quien está clavado en una cama de hospital, al que vive encerrado en una prisión, a aquellos que están atrapados por la guerra, yo les digo: miren el crucifijo, Dios está contigo, se ofrece en la cruz y se ofrece como Salvador”.
“¡Él nos acompaña a todos nosotros, en especial a aquellos que sufren tanto, ha sido crucificado por ti, para nosotros para todos!”, afirmó.
“Las palabras pronunciadas por Jesús durante su pasión encuentran su culminación en el perdón. ¡Jesús perdona!”, indicó Francisco al inicio de la audiencia.
“Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” (Lucas 23:34). No son sólo palabras, porque se convierten en un acto concreto en el perdón ofrecido al “buen ladrón” que estaba a su lado”, enseñó.
Y volviendo sobre el ejemplo del buen ladrón se refirió a “un condenado a muerte que es un modelo para nosotros, de un cristiano que confía en Jesús y es un modelo para la Iglesia”.
Luego manifestó: “Es verdad, era un ladrón. ¡Es verdad! Él había robado toda la vida, pero al final arrepentido de lo que había hecho; mirando a Jesús así de bueno y de misericordioso ha logrado robarse el cielo. ¡Este es un bravo ladrón!”.
Por último, predicó que Jesús no se hace esperar y responde al buen ladrón que le pide que lo lleve con Él al cielo. “Él habla en presente: “Hoy estarás conmigo en el paraíso” (v 43). En la hora de la cruz, la salvación de Cristo alcanza su clímax; y su promesa al buen ladrón revela el cumplimiento de su misión: salvar a los pecadores”.
Francisco recordó que Jesús al comienzo de su ministerio, en la sinagoga de Nazaret, había proclamado “liberar a los cautivos” (Lc 4,18).
“En la cruz, el último acto confirma la realización de este designio salvador. Desde el inicio hasta al final, Él se ha demostrado como la encarnación de la misericordia del Padre”, sostuvo.
Apelo del Papa por las poblaciones de Siria
Al final de la audiencia, el Papa lanzó un llamamiento por la población de Aleppo en Siria, a la que manifestó su cercanía espiritual a través de la oración ante tanto sufrimiento.
Asimismo, pidió que el drama humano que sucede en esa ciudad, donde mueren niños, ancianos y enfermos, ocupe a todas las fuerzas para la protección de los civiles, como una obligación urgente.
El Papa dijo que quien está bombardeando Aleppo deberá dar cuentas a Dios.
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