Un hallazgo “milagroso”En 2006, un irlandés hizo un increíble descubrimiento mientras excavaba con su retroexcavadora en el pantano de Fadden More.
Sobresaliendo de entre la tierra se encontraba un antiguo manuscrito, milagrosamente intacto después de más de mil años. Informaron rápidamente a los arqueólogos y recuperaron cuidadosamente el manuscrito, y así empezaron de inmediato a investigarlo y a reunir todas las piezas.
El conservador John Gilllis declaró: “Nunca antes habíamos tenido que trabajar con un manuscrito recuperado de dentro de un pantano”, y añadió que el que hubiera sobrevivido después de tantos años en un entorno así era “milagroso”.
Hicieron falta más de cuatro años de trabajo de restauración para descubrir los numerosos tesoros que ocultaba el manuscrito.
Según el Museo Nacional de Irlanda, “el Salterio Faddan More se compone de 60 láminas de vitela divididas en cinco grupos llamadas manos. El texto se basa en el Salterio Galicano, una versión del Salterio Latino concebida por san Jerónimo a finales del siglo IV. El texto está escrito en tinta ferrogálica y se emplearon pigmentos rojos y amarillos para la decoración. Contiene los 150 salmos habituales. La letra inicial de cada salmo se marca con una mayúscula y las palabras iniciales de los Salmos 1, 51 y 101 están decoradas, según la convención empleada en otros salterios irlandeses”.
El Salterio se ha fechado en aproximadamente el año 800 y es uno de los documentos más antiguos que se han encontrado de la Iglesia en Irlanda.
Cuando se encontró el manuscrito, estaba abierto por el Salmo 83, y algunos lo percibieron como una profecía sobre la destrucción de Israel. Sin embargo, el doctor Patrick Wallace señaló que la numeración del Salterio seguía la de la Biblia Septuaginta y difiere ligeramente de nuestro sistema moderno de numeración de los Salmos. Afirmó que lo descubierto era “parte del versículo 7 del Salmo 83 en la antigua traducción latina de la Biblia [la Vulgata] que (…) habría sido la versión utilizada en época medieval”. El texto del Salmo 83 (84) dice:
Al director musical. Sígase la tonada de “La canción del lagar”.
Salmo de los hijos de Coré.
1 ¡Cuán hermosas son tus moradas, Señor Todopoderoso!
2 Anhelo con el alma los atrios del Señor; casi agonizo por estar en ellos.
Con el corazón, con todo el cuerpo, canto alegre al Dios de la vida.
3 Señor Todopoderoso, rey mío y Dios mío, aun el gorrión halla casa cerca de tus altares; también la golondrina hace allí su nido, para poner sus polluelos.
4 Dichoso el que habita en tu templo, pues siempre te está alabando.
5 Dichoso el que tiene en ti su fortaleza, que sólo piensa en recorrer tus sendas.
6 Cuando pasa por el valle de las Lágrimas lo convierte en región de manantiales;
también las lluvias tempranas cubren de bendiciones el valle.
7 Según avanzan los peregrinos, cobran más fuerzas, y en Sión se presentan ante el Dios de dioses.
8 Oye mi oración, Señor, Dios Todopoderoso; escúchame, Dios de Jacob.
9 Oh Dios, escudo nuestro, pon sobre tu ungido tus ojos bondadosos.
10 Vale más pasar un día en tus atrios que mil fuera de ellos; prefiero cuidar la entrada de la casa de mi Dios que habitar entre los impíos.
11 El Señor es sol y escudo; Dios nos concede honor y gloria. El Señor brinda generosamente su bondad a los que se conducen sin tacha.
12 Señor Todopoderoso, ¡dichosos los que en ti confían!
El descubrimiento más significativo fue el forro original de cuero que protegía el salterio. Estaba intacto y ofrecía una valiosa información sobre los orígenes de la Iglesia en Irlanda. El interior del forro de cuero “está revestido de papiro, un material de escritura producido a partir de las cañas que crecen en el Mediterráneo oriental, de forma más reconocida en Egipto. El papiro probablemente fue colocado en el interior del forro para actuar como refuerzo”.
Algunos investigadores creen que el “hallazgo de papiro egipcio representa potencialmente la primera conexión tangible entre el cristianismo irlandés temprano y la Iglesia copta de Oriente Medio”.
Actualmente se exponen dos páginas del Salterio en el Museo Nacional de Irlanda y, debido a su delicada sensibilidad a la luz, únicamente puede exhibirse durante tres meses. Se considera uno de los mayores hallazgos en Irlanda desde el Cáliz de Ardagh.