Cómo ayudar a tus hijos a obtener los mayores beneficios espirituales de practicar deporte.
Nuestra obsesión actual con la realidad virtual nos da abundantes motivos para preocuparnos. Los niños sufren las consecuencias reales y peligrosas de una falta de actividad física. El desarrollo de la actividad física en los niños es un aspecto importante de su crecimiento general, y todos sabemos lo útiles que pueden ser los deportes al respecto. Pero lo que no se sabe, quizás, es que el deporte puede tener una influencia positiva también en el desarrollo espiritual de los niños.
Una mente sana en un cuerpo sano
“Mens sana in corpore sano”, el latinazgo extraído de la décima de las 16 Sátiras del autor romano Juvenal nos resulta familiar, pero a menudo se malinterpreta. En el momento de su escritura, su significado espiritual estaba implícito. Hoy, con la secularidad, este significado ha desaparecido, ya que la palabra ‘mente’ ha perdido su conexión con la espiritualidad.
Si parafraseamos con menos vocabulario latino, podríamos decir, por ejemplo: “Pidamos a Cristo que nuestros cuerpos sanos alberguen almas sanas”. La actividad física es parte del estilo de vida cristiano, así que necesitamos ser conscientes de que hemos de cuidar del cuerpo que Dios nos ha dado.
Estar en forma es una inversión temporal. Exige luchar contra nuestras propias debilidades y aprender humildad cuando nos quedamos cortos de nuestra meta. Todo ello ayuda a forjar carácter y puede desempeñar una función importante en el desarrollo general de un niño.
Espíritu deportivo, un valor cristiano
San Juan Bosco consideraba que el deporte era una actividad excelente para la educación y la evangelización. Tras observar que “el estadio atrae a más gente que la iglesia”, el sacerdote italiano empezó a trabajar con algunos jóvenes de entornos desfavorecidos ofreciéndoles actividades deportivas. Para muchos chavales, ser capaz de desfogarse al mismo tiempo que desarrollan habilidades atléticas era un punto de inicio para volver al “buen camino”.
Uno de los principios básicos del deporte es el esfuerzo constante por mejorar. Los jóvenes atletas que aprenden a amar ese esfuerzo constante a menudo terminan aplicando los mismos principios a la vida diaria. Hacer un deporte puede llevar, poco a poco, al dominio de las normas y reglas sociales, y de esta forma, a los valores cristianos fundamentales. ¡“Ama a tu prójimo como a ti mismo” es un valor deportivo! Además de ser el segundo mayor mandamiento de amor, es la misma esencia del juego limpio, tan indispensable en el deporte.
Cuando los atletas profesionales también son ejemplos cristianos
Hay muchos jugadores de fútbol en ciernes que sueñan con tener una buena carrera y que tienen muchos modelos a quienes admirar. Cada deporte tiene sus estrellas, sus figuras heroicas, que a veces son excelentes referentes. Su ejemplo ayuda a los jóvenes a encontrar la motivación para un entrenamiento intenso y una superación personal constante. Los pósteres en las paredes de sus cuartos les llaman a seguir el ejemplo del héroe con una dieta sana, práctica constante y perseverancia.
¿Quién mejor que un atleta de élite para alentar a los jóvenes a seguir el camino de la vida cristiana? No faltan los ejemplos de testimonios de celebridades. El futbolista Olivier Giroud, por ejemplo, deja bien claro cuál es su fe, con un tatuaje que proclama: “El Señor es mi pastor, nada me falta”. Lionel Messi se santigua antes de cada partido. Lewandowski y Gortat reconocen que su fe es un apoyo no solo dentro, sino también fuera del campo, que les ayuda a ser mejores personas y a evitar los errores. Muchos atletas profesionales, como el jugador de fútbol americano Tim Tebow, hablan abiertamente de su relación con Dios. Confirman que los valores cristianos se aplican al mundo de los deportes.
Un modo cristiano de entrenamiento atlético
¿Cómo puede beneficiarse un niño del potencial espiritual en el deporte? Aquí hay algunos consejos que tener en cuenta:
Divertirse es importante. Si el deporte va a ser el punto de partida del desarrollo de tu hijo o hija, es importante que elijan el deporte con el que más disfruten.
Un buen entrenador es fundamental. Un entrenador o entrenadora competente y con carisma se convertirá en un importante modelo y educador.
Cuidado con quién supervisa los entrenamientos y juegos. Es importante que los entrenadores y equipos directivos tengan una mentalidad sana sobre el deporte.
Los héroes positivos serán tu apoyo. Muestra a tu hijo o hija que su ídolo comparte su fe y que esa fe les ayuda a mejorar, a conquistar sus propias debilidades, a vivir.
Ofrece tu motivación como un regalo. El apoyo y la aprobación parental es uno de los principales motivadores del desarrollo de un niño. Tu hijo debería saber que incluso si pierde un partido o no gana la carrera, siempre será victorioso a tus ojos.
Ayúdate con oración. Desarrollar habilidades atléticas requiere tiempo y esfuerzo constante. El mismo principio se aplica al crecimiento espiritual: la oración sistemática y perseverante es la piedra angular del progreso de tu hijo hacia Dios.
Practicad juntos, rezando por lograr una mente sana en un cuerpo sano.
Este artículo fue publicado originalmente en la edición francesa de Aleteia.