Para saber qué actitud adoptar en el momento de acceder a una iglesia, antes hay que comprender dónde se está entrando: una iglesia es un lugar de oración y de celebración de oficios litúrgicos. Alberga el Santísimo (la Eucaristía) y quizás también otros objetos de veneración, como reliquias de santos y mártires o iconos.
1El sacramental del agua bendita
Primero, conviene prepararse, en cuerpo y alma, con una buena disposición antes de entrar en una iglesia. Para eso es la práctica del sacramental del agua bendita.
Presentada en las pilas de agua bendita a la entrada de la iglesia, esta agua que ha recibido la bendición de un sacerdote es utilizada para dibujar el signo de la cruz y alejar al demonio de aquellos que realizan este gesto con fe, rompiendo con la agitación del mundo exterior.
El momento en que se traza el signo de la cruz es el momento oportuno para girar nuestro espíritu hacia Dios, físicamente presente en la iglesia.
2Ubicar el Santísimo y el altar mayor
En efecto, las iglesias cobijan al Santísimo bajo la forma de especies consagradas —convertidas en el verdadero cuerpo de Cristo— durante la misa. Jesús Eucaristía reposa así en un tabernáculo y su presencia es significada por una luz de color rojo.
A menudo, este tabernáculo está situado cerca del altar mayor, en el coro y en alineamiento directo con la nave central. Sin embargo, a veces hay una capilla lateral dedicada a esta función.
Conviene hacer una genuflexión ante este tabernáculo: ¡estamos en presencia de Cristo! Es costumbre, cuando el Santísimo no se conserva cerca del altar mayor, inclinarse en el momento que se pase ante el altar. Más que una simple mesa, se trata del lugar donde se lleva a cabo el santo sacrificio de la misa.
En las iglesias orientales, los iconos de Cristo y de la Virgen María, llamados iconos despóticos, se disponen delante del “muro de iconos”, llamado iconostasio, el cual alberga el altar. Es costumbre venerar estas imágenes cuando se visita la iglesia, también durante las celebraciones.
3Ser atento y benevolente con los demás
La iglesia es un lugar de oración, de adoración, pero también es lugar de celebraciones y de confesiones. Es importante velar por la quietud y el silencio de las iglesias y, si hay una ceremonia no visitarlas por simple curiosidad para no perturbar a las personas que van allí a rezar.
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