El país es elogiados por su atención médica financiada por el estado, pero quienes eligen dar a luz a un niño con Síndrome de Down son considerados egoístas por utilizar recursos para personas “sanas”.Un político cínico –los hay a montones—habría dicho que la mejor forma de terminar con la pobreza es eliminando a los pobres. La mayoría lo hace de manera abstracta, pero el ejemplo ha cundido.
Por lo menos en Islandia, con el tema de los niños que tienen Síndrome de Dowm en el vientre de sus madres.
En efecto, según escribe la actriz estadounidense Patricia Heaton en un artículo vuelto a publicar por la revista America, (ahora en su versión electrónica, antes, en diciembre de 2017 lo había hecho en versión impresa) “Islandia no está eliminando el síndrome de Down, solo está matando a todos los que lo tienen”.
No todos están seguros
Heaton, protagonista de la comedia de la cadena estadounidense de televisión ABC, “The Middle”, es bien conocida por su papel de Debra Barone en “Everybody Loves Raymond”, por la que ganó un premio SAG y dos premios Emmy, relata que se sorprendió cuando leyó un tweet de CBS News que decía: “Islandia está a punto de eliminar virtualmente el Síndrome de Down a través del aborto”.
El tweet es verdad. Pero una horrible verdad. “Sí, escribe Heaton, casi cien por ciento de los bebés no nacidos diagnosticados con Síndrome de Down en Islandia son, horriblemente, abortados. Pero algunas de las personas entrevistadas en el artículo no parecían totalmente seguras de que era lo correcto”.
El hospital que realiza todos los abortos en Islandia tiene una sala especial para el procedimiento y reconoce el asesinato al darle a la madre del niño abortado una tarjeta de “oración” que indica el sexo y el peso del bebé, junto con las huellas del niño.
“El nacimiento de cualquier niño traerá un gran cambio a la vida de los padres; esto es tanto más cierto cuando se trata de un niño con una discapacidad. Que ese cambio sea visto como positivo o negativo a menudo depende de cómo se entreguen las noticias”, escribe Heaton.
Pero, subraya la actriz en su artículo publicado por America, “muchos padres se han quejado de que los médicos tienden a pintar un cuadro extremadamente grave cuando asesoran a los padres al descubrir que están embarazadas de un hijo o hija con Síndrome de Down”.
Martillear los males
Mark Lawrence Schrad, profesor asistente de Ciencias Políticas en la Universidad de Villanova y un liberal pro-choice, como se llama a sí mismo, describe a qué se enfrentaron él y su esposa cuando esperaban saber si su hija nacería con Síndrome de Down. “Martillear en casa las dificultades trascendentales que nos esperan como padres fue claramente un movimiento táctico del médico para empujarnos hacia un aborto”, escribió Schrad.
“Esto ocurre a pesar del hecho de que las personas con Síndrome de Down no solo tienen un nivel de satisfacción muy alto en sus vidas, sino que sus hermanos sienten que son mejores personas por tener un familiar con Síndrome de Down”, escribe Heaton.
Países como Islandia son elogiados por su atención médica financiada por el estado, sin embargo, la lucha por mantener los costos bajos crea un entorno en el que aquellos que eligen dar a luz a un niño con Síndrome de Down pueden ser considerados egoístas por utilizar recursos valiosos para personas “sanas”.
Recientemente, y para avivar el fuego en este sentido, el Ministerio de Salud holandés publicó una lista de las diez enfermedades más caras de ser tratadas, con el Síndrome de Down en la parte superior.
Afortunadamente, las familias y las personas con Síndrome de Down están hablando y compartiendo sus experiencias. Karen Gaffney es una de esas personas. Su Síndrome de Down no le impidió nadar en el Canal de la Mancha, y es una oradora convincente; su TED Talk es una visita obligada.
Voces para los sin voz
La Fundación Mundial para el Síndrome de Down es una organización sin fines de lucro “dedicada a mejorar significativamente la vida de las personas con Síndrome de Down a través de la investigación, la atención médica, la educación y la defensa”.
También existe el Instituto para el Síndrome de Down Linda Crnic, cuya misión es mejorar las vidas de las personas con Síndrome de Down y para erradicar los efectos nocivos asociados a este Síndrome.
“Finalmente, como cristianos, siempre debemos participar en esta batalla siendo una voz para los que no tienen voz y tomando en serio el mandato de Cristo de cuidar a los más pequeños entre nosotros”, subraya Heaton.
Y recalca: “En un mundo en el que estamos condicionados diariamente a esperar un entorno que satisfaga todas nuestras necesidades y deseos, debemos recordarnos que el valor de nuestras vidas y las de los demás no se basa en la riqueza material ni en los logros, sino en el valor intrínseco de cada uno de nosotros”.
Como dijo San Juan Pablo II: “Una sociedad será juzgada en función de cómo trata a sus miembros más débiles, y entre los más vulnerables están los no nacidos y los moribundos”.