separateurCreated with Sketch.

La piscina bíblica de Betesda, ¿mito o realidad?

POOL OF BETHESDA
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Vittoria Traverso - publicado el 12/10/18 - actualizado el 21/03/23
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Durante siglos, la existencia de un estanque con cinco pórticos en Jerusalén se consideró algo ficticio. Sin embargo, un arqueólogo alemán demostró que Juan se refería a un lugar real al escribir sobre el milagro del estanque de Betesda en su Evangelio.

Uno de los milagros más famosos descritos en el Evangelio de Juan (5,2-9) cuenta cómo Jesús curó a un hombre paralítico que estaba sentado junto a un "estanque" o "piscina" que tenía "cinco pórticos" y que recibía el nombre hebreo de "Betesda", que quiere decir "casa de la misericordia" o "casa de la gracia".

Durante siglos, los historiadores intentaron localizar dicha piscina. Algunos de los "candidatos a estanque de Betesda" más notables incluían el Birket Israel (Estanque de Israel), ubicado cerca de la boca del valle de Cedrón, en el lado oriental de la Ciudad Vieja de Jerusalén, y la ahora denominada Fuente de la Virgen, en el valle de Cedrón, no lejos del estanque de Siloam. Sin embargo, ninguna de estas opciones encaja lo suficiente con la descripción de los "cinco pórticos" de Juan así que, durante mucho tiempo, se supuso que la piscina de Juan era más una creación ficticia que un emplazamiento histórico real.

RUINS,BETHESDA POOL
Public Domain
Pintura del estanque de Betesda, por Robert Bateman (1877). Durante siglos, se creyó que el estanque de Betesda era un lugar ficticio.

Sin embargo, en el siglo XIX, el arqueólogo alemán Conrad Schick descubrió un tanque enorme ubicado a unos 30 metros al noroeste de la iglesia de Santa Ana, al inicio de la Vía Dolorosa en el barrio musulmán de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Schick es especialista en sistemas de agua en la antigua Jerusalén y no tardó en descubrir que el estanque coincidía con la descripción de los "cinco pórticos" de Juan. De hecho, se componía de dos cavidades separadas por un muro, sumando un total de cinco "muros".

Tras un estudio arqueológico más concienzudo, empezó a desvelarse la función de las dos piletas separadas. La pileta al sur, que presenta una serie de escalones anchos, servía de mikveh (un baño empleado para inmersiones rituales en el judaísmo), mientras que la pileta al norte, de mayor tamaño, servía de reservorio para suplir continuamente de agua a la piscina menor.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA
Deror avi- Wikipedia
Un modelo 3D de los estanques empleados durante el judaísmo del Segundo Templo muestra dos piletas de agua.

Ciertamente, el Evangelio de Juan menciona que el paralítico y otras personas discapacitadas se sentaban junto a la piscina y esperaban a que el agua se agitara para introducirse y sanarse. De hecho, se creía que una vez al día un ángel descendía a la piscina, causando el movimiento del agua, y que la primera persona que entrara en la piscina en ese momento quedaría curada.

Esto confirma la existencia de "escalones" en los que se sentarían las personas a esperar, además de una precisa historia de curación que precedió la visita de Jesús. Era un hecho común a lo largo del mundo helenizado construir "baños curativos" junto a manantiales naturales, cercados por columnas. Los enfermos bebían y se bañaban en las aguas y luego dormían dentro del templo, de forma similar a lo descrito por Juan en el Evangelio.

RUINS
Public Domain
Las ruinas de la iglesia bizantina construida cerca del estanque de Betesda en la Jerusalén vieja.

Posteriores excavaciones arqueológicas desvelaron otros lugares que muestran que la ubicación de Betesda siguió sirviendo como espacio de curación durante generaciones. En el siglo II, los romanos construyeron un templo a Esculapio, dios romano de la curación. En el siglo V, se erigió una basílica bizantina no lejos de la piscina, seguida de una capilla más pequeña levantada en tiempos de las Cruzadas en el siglo XII.

CENTRAL PARK FOUNTAIN
Sidvics | CC BY-SA 4.0
Hoy, se puede encontrar un tributo al estanque de Betesda en Central Park, en Nueva York, donde a finales del siglo XIX se construyó una fuente epónima.

En la actualidad, los visitantes pueden ver las ruinas dando un corto paseo desde la iglesia de Santa Ana, cerca de la Puerta de los Leones al comienzo de la Vía Dolorosa, aunque ya no hay agua fluyendo por el estanque. No obstante, el recuerdo de este lugar pervive en el parque de Central Park en Nueva York, donde una fuente epónima en la que figura una estatua de "El Ángel de las Aguas", diseño de la escultora estadounidense Emma Stebbins, se construyó  entre 1859 y 1864 como tributo al milagro de Jesús en Betesda.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

banner image
Top 10
See More
Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.