separateurCreated with Sketch.

El lugar donde san Francisco se alojaba en Roma

SAN FRANCESCO A RIPA
whatsappfacebooktwitter-xemailnative
Maria Paola Daud - publicado el 14/06/19
whatsappfacebooktwitter-xemailnative

La Iglesia de San Francisco a Ripa guarda muchos secretos…En el pintoresco barrio de Trastevere (detrás del Tíber) en Roma se encuentra un lugar muy importante para los franciscanos y para todos los que aman a este gran santo.

Aquí, en la Iglesia de San Francisco a Ripa, se alojaba el gran santo de Asís los días que permanecía en Roma para visitar al Papa.

Antiguamente era un hospicio, un hospital de los benedictinos dedicado a san Blas. Fue la gran amiga noble de Francisco, Jacopa de Settesoli, quien lo presentó ante los benedictinos para que lo alojaran, y el “pobrecito”, como podía, ayudaba a los leprosos del hospicio durante sus estadías.

Se cuenta que san Francisco, amaba tanto a Jacopa, que en su lecho de muerte hizo escribir una carta pidiendo a su amiga que fuera a verlo con un plato de mostaccioli (sus dulces preferidos). No hacía falta. Ni se llegó a enviar la carta porque Jacopa ya estaba allí con los dulces en mano para su gran amigo.



Te puede interesar:
El último deseo de san Francisco antes de morir

Quizá por eso los restos de Jacopa se encuentra frente a los de su gran amigo santo, en la basílica de san Francisco de Asís.

Más tarde, el hospicio fue reestructurado gracias a los buenos benefactores, su amiga Jacopa y el Conde Pandolfo dell’Anguillara, llegando a ser esta la primera casa franciscana en Roma.

Con el tiempo sufrió distintas reestructuraciones, debido a reformas para ampliar la iglesia o el convento, o porque sufrió ataques durante la época de la Revolución Francesa. Pasó de ser una iglesia de estilo medieval a una como se ve hasta nuestros días: una iglesia de estilo barroco.

De las primeras estructuras solo queda intacta la celda donde se alojaba san Francisco, que se encuentra detrás de la sacristía.

Una celda pequeña con muchos secretos

La pequeña celda hoy es un santuario con un pequeño altar enteramente de leño con cuadros de san Francisco, san Antonio de Padua y Ludovico de Tolosa, que al girar con un ingenioso mecanismo, permiten apreciar reliquias de diversos santos franciscanos.

Lo más importante que conserva la celda es la gran piedra que usaba el santo de Asís para apoyar su cabeza como almohada.

La iglesia de san Francisco, que lleva el nombre de Ripa por el puerto que se encontraba cerca -“Ripa Grande”-, conserva importantísimas obras de arte. La más destacada seguramente es una espectacular escultura del éxtasis de la Beata Ludovica Albertoni, obra de Bernini, que el gran artista realizó ya anciano, a los 71 años.

Ludovica Albertoni era otra noble viuda romana que fue terciaria franciscana, como Jacopa, en quien se inspiró san Francisco para su Tercera Orden.

En la iglesia también se conservan los restos del gran pintor y escritor Giorgio de Chirico.

P.D: Agradecemos inmensamente a los franciscanos por abrirnos amablemente las puertas del lugar y a Mario, por su dedicada atención y datos brindados para hacer este artículo.

¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.

Apoye Aleteia

Usted está leyendo este artículo gracias a la generosidad suya o de otros muchos lectores como usted que hacen posible este maravilloso proyecto de evangelización, que se llama Aleteia.  Le presentamos Aleteia en números para darle una idea.

  • 20 millones de lectores en todo el mundo leen Aletiea.org cada día.
  • Aleteia se publica a diario en siete idiomas: Inglés, Francés, Italiano, Español, Portugués, Polaco, y Esloveno
  • Cada mes, nuestros lectores leen más de 45 millones de páginas.
  • Casi 4 millones de personas siguen las páginas de Aleteia en las redes sociales.
  • 600 mil personas reciben diariamente nuestra newsletter.
  • Cada mes publicamos 2.450 artículos y unos 40 vídeos.
  • Todo este trabajo es realizado por 60 personas a tiempo completo y unos 400 colaboradores (escritores, periodistas, traductores, fotógrafos…).

Como usted puede imaginar, detrás de estos números se esconde un esfuerzo muy grande. Necesitamos su apoyo para seguir ofreciendo este servicio de evangelización para cada persona, sin importar el país en el que viven o el dinero que tienen. Ofrecer su contribución, por más pequeña que sea, lleva solo un minuto.

banner image
Top 10
See More
Newsletter
¿Te ha gustado leer este artículo? ¿Deseas leer más?

Recibe Aleteia cada día.