El Papa Francisco celebra la primera Jornada Internacional de la Fraternidad Humana en un Encuentro Virtual “Hoy no hay tiempo para la indiferencia”. El Papa Francisco ha celebrado hoy la primera Jornada Internacional de la Fraternidad Humana en un Encuentro Virtual organizado por el Jeque Mohammed Bin Zayed en Abu Dhabi, capital de los Emiratos Árabes Unidos.
“No nos podemos lavar las manos. Con la distancia, con la prescindencia, con el menosprecio. O somos hermanos —permítame—, o se viene todo abajo. Es la frontera. La frontera sobre la cual tenemos que construir; es el desafío de nuestro siglo, es el desafío de nuestros tiempos”.
Mano tendida
Fraternidad quiere decir mano tendida, respeto, escuchar con el corazón abierto, sostuvo el Papa en el evento internacional en linea organizado por la Asamblea General de las Naciones Unidas.
La cita ha coincidido con el aniversario del Encuentro de Abu Dhabi, el 4 de febrero de 2019, cuando el Papa y el Gran Imán de Al- Azhar firmaron el Documento sobre la Hermandad Humana para la Paz y la Convivencia Común.
“Fraternidad quiere decir firmeza en las propias convicciones. Porque no hay verdadera fraternidad si se negocian las propias convicciones. Somos hermanos, nacidos de un mismo Padre”, expresó el Papa.
También participó en la celebración de la primera Jornada Internacional de la Fraternidad Humana, el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, el Secretario General del Alto Comité para la Hermandad Humana, el Juez Mohamed Mahmoud Abdel Salam, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, y otras personalidades.
El Papa aprovechó la visión de millones de personas de varios credos, culturas y etnias para reiterar que todos somos hermanos. “Y respetando nuestras culturas y tradiciones diferentes, nuestras ciudadanías diferentes, hay que construir esta fraternidad. No negociándola. Es el momento de la escucha. Es el momento de la aceptación sincera”.
“Es el momento – agregó – de la certeza que un mundo sin hermanos es un mundo de enemigos. Quiero subrayar esto. No podemos decir: o hermanos o no hermanos. Digámoslo bien: o hermanos, o enemigos. Porque la prescindencia es una forma muy sutil de la enemistad. No sólo hace falta una guerra para hacer enemigos“.
“Basta con prescindir. Basta con esa técnica —se ha transformado en técnica— esa actitud de mirar para otra parte, prescindiendo del otro, como si no existiera. Querido hermano Gran Imán: gracias por su ayuda, gracias por su testimonio, gracias por este camino que hemos hecho juntos”.
Premio Zayed
Asimismo, el Papa felicitó junto al Gran Imán, a los galardonados de este año con el Premio Zayed por su trabajo humanitario a favor de la fraternidad.
“Quiero felicitar por este galardón al Secretario General de las Naciones Unidas y agradecerle todos los esfuerzos que hace por la paz. Una paz que sólo se va a lograr con un corazón fraterno. Gracias por lo que hace”. El Papa felicitó a Antonio Guterres galardonado con el Premio Zayed.
Madre que pierde a un hijo por el terrorismo, enseña a no odiar
Uno de los momentos más emotivos del encuentro virtual de la Jornada Internacional de la Fraternidad Humana ha sido el testimonio y el premio entregado a Latifa Ibn Ziaten, galardonada con el Premio Zayed.
Latifa Ibn Ziaten, es una activista franco-marroquí. Es la madre de Imad ibn Ziaten, nacido en 1981, el primer miembro del servicio en Toulouse asesinado por Mohammed Merah el 11 de marzo de 2012. Ella es una madre que perdió su hijo por el terrorismo y dijo sentir la voz de su hijo que le decía de levantarse para enseñar a los jóvenes a no odiar.
Hoy recorre escuelas, centros de reclusión y universidades para proclamar un mensaje de no violencia. La activista al recibir el premio dijo: “Somos todos hermanos”.
El papa Francisco aplaudió el trabajo de Latifa Ibn Ziaten: “Querida hermana, tus últimas palabras no son dichas de oídas o convencionalmente, “somos todos hermanos”. Son el convencimiento. Y un convencimiento plasmado en el dolor, en tus llagas”.
“Vos jugaste tu vida por la sonrisa, jugaste tu vida por el no resentimiento y a través del dolor de perder un hijo —solamente una madre sabe lo que es perder un hijo— a través de ese dolor tú teanimas a decir “somos todos hermanos” y a sembrar palabras de amor. Gracias por tu testimonio”.
El Papa recordó a la mujer su hijo asesinado Imad ibn Ziaten, cuyo espíritu alimenta esta particular aventura pacificadora alejada del sentimiento de la venganza o el resentimiento: “Y gracias por ser madre de tu hijo, de tantos chicos y chicas; por ser madre hoy de esta humanidad que te está escuchando y que aprende de vos: o el camino de la fraternidad, o hermanos, o perdemos todo”, concluyó el Papa.