El repaso de su legado político encuentra luces y sombras, que adversarios y promotores resaltarán en los días por venir. Aquí nos fijamos en su defensa de la vidaCarlos Saúl Menem (1930-2021) marcó una época de la política argentina. Como todo referente, el repaso de su legado político encuentra luces y sombras, que adversarios y promotores resaltarán en los días por venir. Pero en términos de defensa de la vida por nacer la blindó y la protegió con un decreto inédito en el mundo, declarando el Día del Niño por Nacer el 24 de marzo.
Carlos Menem estaba internado en el sanatorio de Los Arcos desde finales del año pasado, circunstancia que le impidió participar como senador por la provincia de La Rioja de la sesión en la que se votó la legalización del aborto en el país. Su voto hubiese sido negativo, de rechazo, como se encargó de difundir y aclarar durante todo ese mes su hija Zulema.
Tragedias que marcaron su presidencia
“Mi padre Carlos Menem aún está en coma inducido, lamento profundamente que un gran defensor de la vida no pueda acompañar con sus convicciones en este momento tan importante para nuestro país”, escribió en ese momento. Sí estuvo, ya visiblemente frágil, en la sesión de 2018, en la que el Senado rechazó el proyecto. Se había ausentado de la mayoría de las sesiones, pero no faltó a ella.
Además de Zulema, Carlos Menem tuvo otros tres hijos, uno de ellos fallecido en un trágico accidente en 1995, Carlos Jr, aún investigado por posible atentado. Otras tragedias marcaron su presidencia, los atentados contra la Embajada de Israel y la AMIA, el más grave ataque a un blanco judío desde el final de la II Guerra Mundial.
Antiabortista por principio y convicción
No obstante, su esposa Zulema Yoma relató en una ocasión que, siendo Menem gobernador, se practicó un aborto con el apoyo del ex presidente. “Para mí fue terrible, como la pérdida de mi primer hijo, Juan Domingo, que murió a las 18 horas de haber nacido. No me olvido de ninguno de los dos”, relató Yoma. Menem nunca se refirió a ese hecho, y cuando le preguntaron, ni asintió ni desmintió, y aclaró: “Soy antiabortista por principio y por convicción”.
En el decreto 1406 de 1998, Menem decretó que “tomando en cuenta que habitualmente se designa un día en el calendario para conmemorar los hechos más relevantes del género humano, se considera apropiado y necesario dedicar un día en el ámbito nacional al niño por nacer, con el objeto de invitar a la reflexión sobre el importante papel que representa la mujer embarazada en el destino de la humanidad, y el valor de la vida humana que porta en su seno”.
Además, se escribe en una norma que sigue vigente al día de hoy, “que se estima conveniente que el Día del Niño por Nacer se celebre el 25 de marzo de cada año, fecha en que la Cristiandad celebra la Anunciación a la Virgen María, en virtud de que el nacimiento más celebrado en el mundo por cristianos y no cristianos es el del Niño Jesús cuyo momento de concepción coincide con dicha fecha”.
Menem había sido criado en la fe musulmana por sus padres inmigrantes sirios sunnitas, pero se convirtió al catolicismo, circunstancia sin la cual no hubiese accedido a la presidencia, por un impedimento constitucional que entonces regía.
Angelelli, y Bergoglio
Los inicios de la carrera política de Menem en La Rioja lo situaron junto con el obispo mártir beato Enrique Angelelli, quien se distanció abiertamente de quien sería gobernador de la provincia. Y el padre Jorge Bergoglio fue, providentemente, testigo de la actitud del beato Angelelli ante el conflicto.
El 13 de junio de 1973 por un conflicto que involucraba temas varios como la cesión de tierras para cooperativas y las decisiones del obispo riojano Angelelli en torno a una parroquia, hermanos y sobrinos de Carlos Menem atacaron a piedrazos a Angelelli. Al día siguiente, Bergoglio se encontró con el Obispo de la Rioja ya que éste le predicaría un retiro.
“El 14 de junio, después de esa pedreada al obispo, a los sacerdotes, a las religiosas, a los agentes de pastoral, Monseñor Angelelli nos dio el retiro espiritual, a nosotros, al provincial y a los cinco jesuitas y nos introdujo en el discernimiento del Espíritu para ver cuál era la voluntad de Dios. Fueron días inolvidables, días en que recibimos la sabiduría de un pastor que dialogaba con su pueblo y recibimos también las confidencias de las pedradas que recibía ese pueblo y ese pastor, simplemente por seguir el Evangelio”, dijo después Bergoglio.
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Sospechas de corrupción
El tiempo transcurrió, Menem fue encarcelado por los mismos que persiguieron luego a Angelelli, y décadas más tarde llegó a la presidencia de la Nación. Sus políticas sociales son criticadas por muchos, por juzgar que su mirada neoliberal podría haber expuesto fragilidades e impulsado la pobreza, y vitoreada por otros tantos, por creer que pusieron a la Argentina en diálogo con el mundo occidental. Las sospechas de corrupción sobrevolaron todos los años siguientes a su mandato, con causas judiciales que parecen eternas.
Con sus luces y sombras, de acuerdo a quien lo juzgue, Carlos Menem gobernó entre 1989 y 1999 la República Argentina. Entre 2005 y su muerte representó a su provincia en el Senado.
Su muerte, lejos de las Ferraris con las que pasaba siendo dignatario, lo encontró frágil. Antes de que el deterioro de su salud se lo impida, pudo visitar al Papa Francisco en Roma. Allí bromearon: “Lástima que usted sea de San Lorenzo, Santo Padre”, le dijo Menem, a lo que el Papa, ante el ex mandatario de River Plate respondió: “Pero a mí el caldo de gallina no me gusta”.
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