“San José: el sueño de la vocación”. El mensaje del Papa Francisco para la 58ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones
“José es el «hombre justo» (Mt 1,19), que en el silencio laborioso de cada día persevera en su adhesión a Dios y a sus planes”. El Papa señaló que “san José no impactaba […]No era famoso y tampoco se hacía notar. Sin embargo, con su vida ordinaria, realizó algo extraordinario a los ojos de Dios”.
“San José: el sueño de la vocación”, es el tema escogido por el Papa Francisco para celebrar la 58ª Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. “San José viene a nuestro encuentro con su mansedumbre, como santo de la puerta de al lado; al mismo tiempo, su fuerte testimonio puede orientarnos en el camino”.
En su mensaje, el pontífice vincula la vocación religiosa y familiar a la figura del padre putativo de Jesús también en el Año especial dedicado al Patrón de la Iglesia Universal, proclamado el pasado 8 de diciembre.
“Todos en la vida sueñan con realizarse”, escribe el Papa. “Y es correcto que tengamos grandes expectativas, metas altas antes que objetivos efímeros —como el éxito, el dinero y la diversión—, que no son capaces de satisfacernos”.
Entonces, indicó que “es el amor el que da sentido a la vida, porque revela su misterio. La vida, en efecto, sólo se tiene si se da, sólo se posee verdaderamente si se entrega plenamente”.
“San José tiene mucho que decirnos a este respecto porque, a través de los sueños que Dios le inspiró, hizo de su existencia un don”.
En tiempos marcados por la fragilidad y los sufrimientos causados también por la pandemia, el Obispo de Roma sostiene que el Señor quiere forjar corazones de padres, corazones de madres; corazones abiertos, capaces de grandes impulsos”.
Esperanza
El Papa insta a vivir el sacerdocio y la vida consagrada con generosidad “en la entrega, compasivos en el consuelo de la angustia y firmes en el fortalecimiento de la esperanza”.
“San José viene a nuestro encuentro con su mansedumbre, como santo de la puerta de al lado; al mismo tiempo, su fuerte testimonio puede orientarnos en el camino”.
La Iglesia católica celebra el día de las vocaciones, el 25 de abril de 2021, el cuarto domingo de Pascua. Y el Mensaje del Papa se envía para la ocasión a obispos, sacerdotes, consagrados y fieles de todo el mundo.
El Papa considera que no “hay fe sin riesgo”, pues sólo abandonándose confiadamente a la gracia, como hizo San José, dejando de lado los propios planes y comodidades se dice verdaderamente “sí” a Dios.
“Y cada “sí” da frutos, porque se adhiere a un plan más grande, del que sólo vislumbramos detalles, pero que el Artista divino conoce y lleva adelante, para hacer de cada vida una obra maestra”.
Sueños
Los sueños que tuvo San José – dijo el Papa – eran llamadas divinas, pero no fueron fáciles de acoger. “Después de cada sueño, José tuvo que cambiar sus planes y arriesgarse, sacrificando sus propios proyectos para secundar los proyectos misteriosos de Dios”.
Así, san José se dejó guiar por los sueños sin vacilar. ¿Por qué? Porque su corazón estaba orientado hacia Dios. “Esto también se aplica a nuestras llamadas. A Dios no le gusta revelarse de forma espectacular, forzando nuestra libertad. Él nos da a conocer sus planes con suavidad”. Y así, como hizo con san José, nos propone metas altas y sorprendentes.
Servicio
El papa Francisco también destacó la palabra ‘servicio’ al describir la vocación del ‘patrono de la buena muerte’. “Toda vocación verdadera nace del don de sí mismo, que es la maduración del simple sacrificio”.
“Cuando una vocación, ya sea en la vida matrimonial, célibe o virginal, no alcanza la madurez de la entrega de sí misma deteniéndose sólo en la lógica del sacrificio, entonces en lugar de convertirse en signo de la belleza y la alegría del amor corre el riesgo de expresar infelicidad, tristeza y frustración”.
San José demuestra “buena disposición para enfrentarse en cada ocasión a situaciones nuevas, sin quejarse de lo que ocurría, dispuesto a echar una mano para arreglar las cosas”.
Reflexión
El Papa indica que San José “es un hombre que medita, reflexiona, no se deja dominar por la prisa. También que no cede a la tentación de tomar decisiones precipitadas, no sigue sus instintos y no vive sin perspectivas. Cultiva todo con paciencia”. Porque – dijo – la vocación, como la vida, sólo madura por medio de la fidelidad de cada día.
Fidelidad
¿Cómo se alimenta esta fidelidad? El Papa explicó que las “primeras palabras que san José escuchó en sueños fueron una invitación a no tener miedo, porque Dios es fiel a sus promesas”.
“No temas: son las palabras que el Señor te dirige también a ti, querida hermana, y a ti, querido hermano, cuando, aun en medio de incertidumbres y vacilaciones, sientes que ya no puedes postergar el deseo de entregarle tu vida”.
“Son las palabras que te repite cuando, allí donde te encuentres, quizás en medio de pruebas e incomprensiones, luchas cada día por cumplir su voluntad. Son las palabras que redescubres cuando, a lo largo del camino de la llamada, vuelves a tu primer amor. Son las palabras que, como un estribillo, acompañan a quien dice sí a Dios con su vida como san José, en la fidelidad de cada día”.
Alegría
“Esta fidelidad es el secreto de la alegría. En la casa de Nazaret, dice un himno litúrgico, había «una alegría límpida». Era la alegría cotidiana y transparente de la sencillez, la alegría que siente quien custodia lo que es importante: la cercanía fiel a Dios y al prójimo”.
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