Los últimos datos de la pandemia en Brasil siguen siendo noticia. En las últimas horas el "gigante sudamericano" superó los 14 millones de casos confirmados desde que llegó el virus y ya tiene la mayor tasa de mortalidad por Covid-19 de todo América.
Es en este contexto donde surgen infinidad de voces, que se multiplican con el paso de los días y que aportan diversas miradas también sobre otros efectos de la pandemia. Un claro ejemplo de esto es el tema carcelario, un drama que -si bien excede a Brasil e interpela a otros países de la región- en ese país la Pastoral Carcelaria publicó un informe sobre la situación en medio de la pandemia.
El trabajo, que reproduce la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil (CNBB) en su web, se basó en una metodología de recopilación de información entre familiares de presos, agentes pastorales entre otros.
Fue gracias a esto donde también se pudo recolectar datos sobre temas que van desde las visitas, las condiciones higiénicas, el acceso a la información u otras cuestiones como la violencia.
“[La comunicación es] horrible, mi esposo tuvo un covid, llamé a la unidad y no me dijeron nada. Estaba sin medicación ni comida”.
“Cada día más definen la vuelta. Las videollamadas se dan con la presencia de un agente, las cartas que eran semanales disminuyeron a una página cada 15 días y solo se contesta si alguien le escribe al preso. Las videollamadas tardan meses en producirse ”.
Hasta aquí un breve testimonio recogido en el informe que también da cuenta sobre un aspecto que suele pasar desapercibido, pero que para familiares de reclusos representa un tema crucial. La comunicación y aspectos de acceso a la información. Los informes recibidos por quienes difundieron los datos establecen que todo esto ha sido “terrible” y con familiares que pasan mucho tiempo sin noticias. También se indica que las diversas unidades no suelen informar sobre lo que está sucediendo al interior o si alguien ha sido infectado con Covid-19.
Según el informe, “el 56% de los encuestados conoce a alguien con sospecha o que ha contraído el coronavirus en prisión”. También se hacer referencia a personas que contraen el virus dentro de los centros, así como el surgimiento de brotes en algunas unidades sin dar cuenta a familiares.
En tanto, también de desprenden del informe otras cuestiones como la falta de información con respecto a la vacunación. En definitiva, según se dice también, datos que revelen ya en 2021 “la letalidad de la pandemia en las cárceles” y que es mucho peor. Ver informe (portugués) aquí.