Hay dos defectos contra los que lucho a diario: el orgullo y el hablar mal del otro.
Al final somos hijos de un mismo Dios. Por tanto, también somos hermanos. Siento que nos falta una buena dosis de humildad.
Hay un santo extraordinario que dio una buena lección a una pareja de esposos que estaban hablando mal de una persona en su pueblo a cuanta persona veían, sembraron dudas y suspicacias injustas.
No recuerdo si en alguna ocasión te conté esta edificante historia, pero vale la pena leerla y aprender la lección.
San Felipe confesó a estos esposos que pasaron sembrando cizaña y hablando mal de una persona. Los reunió luego de confesarlos y de penitencia les dijo:
Ellos felices asintieron y san Felipe Neri continuó:
Al día siguiente los esposos llegaron con la gallina desplumada y san Felipe les dijo:
Ellos asustados exclamaron:
San Felipe los miró con seriedad y respondió: “Eso mismo ocurre cuando se difama una persona, luego es imposible recoger las palabras esparcidas que tanto daño le harán”.
San Felipe los miró con seriedad y respondió:
Es una historia maravillosa, ¿verdad?
Hice un video relatándola para ti:
A san Felipe Neri lo llamaron el apóstol de Roma por sus enseñanzas como catequista y su vida de santidad. Debieras prestar atención a esta sentencia suya:
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Dios te bendiga.