En lo que va de 2021 ya son 12 los migrantes fallecidos en el intento de cruzar la frontera entre Chile y Bolivia por pasos no habilitados. Así lo expresó el director nacional de Orden y Seguridad del cuerpo policial de Carabineros de Chile, Esteban Díaz. Lo hizo tras trascender la muerte de un ciudadano de origen dominicano de unos 30 años de edad, la nueva víctima de este drama migratorio.
Es que la situación en esa parte fronteriza vinculada a la localidad chilena de Colchane es compleja y en invierno se hace inhóspita. Además de las bajas temperaturas aparecen los desafíos de una zona andina ubicada a más de 3.600 metros sobre el nivel del mar.
Según añadió el propio Díaz, hasta ahora los fallecidos han sido ocho de nacionalidad venezolana, dos colombianos, un boliviano y ahora también un dominicano.
Lo acontecido con esta persona vuelve a posicionar sobre la mesa un tema que viene generando preocupación desde hace meses. Esto gracias al incremento de migrantes, en su mayoría venezolanos, que han estado intentado pasar de manera irregular en plena pandemia del coronavirus.
Ante esta situación, desde hace tiempo se intentado implementar el denominado “Plan Colchane”, pero aún no ha tenido avances significativos. Previo al deceso de este migrante venezolano ya se hablaba de «nueva crisis migratoria en puerta» en la pequeña Colchane. En este caso una localidad ubicada en el altiplano andino y con una población de poco más de 1500 habitantes.
Desde organizaciones vinculadas la Iglesia, como el Servicio Jesuitas a Migrantes (SJM), se reclamaba una respuesta planificada a nivel regional. También se hacía énfasis desde hace tiempo en eso de crisis humanitaria.
Mientras todo esto acontece, las denuncias de colapso, crisis sanitaria y hasta seguridad siguen formando parte de los conceptos más comunes para referirse a lo que sucede en ese poblado chileno.
También en el horizonte aparece todo aquello del aumento de la xenofobia y hasta la expulsión de migrantes, todos aspectos criticados por organizaciones vinculadas a la Iglesia y la defensa de Derechos Humanos.
En una reciente entrevista otorgada a la emisora española COPE, el papa Francisco volvió a reflexionar sobre las cuestiones de los migrantes. Fue ahí que en diálogo con el presentador español Carlos Herrera recordó que la cuestión de los inmigrantes no pasa solo por dejarlos entrar a un país.
“Si uno acoge y los deja ahí sueltos en casa y no los integra son un peligro, porque se sienten extraños. Piense usted en la tragedia de Zaventem. Quienes hicieron ese acto de terrorismo eran belgas, eran hijos de inmigrantes no integrados, guetizados. Yo tengo que lograr que el migrante se integre y para esto este paso de, no solo acogerlos, sino protegerlos y promoverlos, educarlos, etcétera”, expresó el Papa (ver nota aquí).
Una vez más estas cuatro palabras del Papa -acoger, proteger, promover e integrar- retumban ante el drama de la migración que atraviesa América Latina. Lo que sucede desde hace bastante tiempo en esa zona entre Bolivia y Chile con los cruces irregulares y las víctimas es tan solo un eslabón más de la larga cadena dolorosa que experimenta quienes sueñan con un futuro mejor. Es ahí donde se desprenden cuestiones como los negocios vinculados al tráfico de migrantes, entre otros. Todos temas que merecen suma atención.