Consumo excesivo de las pantallas. El 84% de los adolescentes españoles afirman que usan mucho el teléfono móvil para no aburrirse y que utilizan más las pantallas cuando están solos en casa. Es la principal conclusión de la cuarta edición del estudio “El impacto de las pantallas en la vida familiar. Familias y adolescentes tras el confinamiento”, realizado por empantallados.com y GAD3, con el apoyo de ‘Por un uso Love de la Tecnología’ y la Comisión Europea. Esas conclusiones es algo que salta a la vista de los propios padres: el 56% creen que sus hijos están mas ‘enganchados’ que antes del COVID.
Remedio familiar al aburrimiento
Según el estudio, los padres se quejan de que se trata de una generación con menor capacidad para afrontar la frustración. Los expertos proponen soluciones:
Esta afirmación la realiza tras concluir que muchos adolescentes prefieren lo presencial: “solo el 36% de prefieren quedarse en casa jugando a un videojuego a salir a la calle; y casi el 60% prefiere las clases presenciales”
La “nueva normalidad” de las familias
La pandemia y el confinamiento ha impulsado la presencia tecnológica en casa: clases on-line, teletrabajo, trabajos colaborativos, más dispositivos en casa, la vuelta del ordenador como herramienta de trabajo… ¿Quién no ha experimentado esto en casa?
Más de la mitad de jóvenes y padres reconocen usar más los dispositivos, y en el caso del móvil, el 68% de los adolescentes reconocen que lo usan más que antes de la pandemia, pero también el 64% de los padres.
Los propios padres, más de la mitad de los encuestados, admiten que con la pandemia relajaron las normas de casa en cuanto al uso de los dispositivos, y que pasado lo peor de la pandemia, esas reglas siguen siendo laxas. Esto se debe principalmente al aumento de confianza en sus hijos, a quienes han visto trabajando con las pantallas.
El peligro y el reto “emocional” de las pantallas
La confianza aumenta, pero los padres siguen viendo muchos peligros:
Las propias revelaciones de los adolescentes lo corroboran:
Seis de cada diez dice sentirse mejor con los videojuegos. Y más de la mitad de los encuestados afirman que estar en las redes sociales les produce emociones positivas.
Lo que más preocupa
Entre el resto de problemas que más preocupa a las familias está:
El papel educativo insustituible de los padres
Pese a la brecha digital y la impresionante capacidad de nuestros adolescentes para manejar la tecnología, los padres siguen siendo su referente. La pandemia ha puesto de manifiesto el papel educativo imprescindible e insustituible de los padres.
Y ponen un ejemplo, la elección de estudios, una de las decisiones más importantes para un adolescente: el 60 por ciento dicen que a quienes más caso hacen es a sus padres, seguidos de amigos y tutores. Para decisiones tan importantes, el papel de youtubers o influencers es residual, sólo el 6%.
La familia, un espacio de aprendizaje
Uno de los aspectos más llamativos del estudio es que con este auge de la tecnología en el hogar, el 48% de los adolescentes ha ayudado a sus padres a manejar los dispositivos. También a realizar videoconferencias y entrar en redes sociales. Y viceversa, un 43% de los padres ha ayudado a sus hijos a dominar mejor herramientas como el Office. Esto ha creado un nuevo espacio de compartir experiencias, que según los expertos, debe aprovecharse como vínculo y como manera de generar confianza mutua.
También las series y las películas pueden ser una ocasión para generar conversaciones en familia.
Ese puede ser precisamente un reto, ver y comentar series en familia. Y es que –según el estudio- la mayoría de los adolescentes ven las series habitualmente solos (56%), y que los padres las ven habitualmente en compañía de su pareja (61%).