La imagen de Olga es la de una joven castigada por los bombardeos rusos. Pero no solo es una víctima. Es una madre heroica, que sufrió heridas en su cuerpo al tratar de proteger a su recién nacida.
Olga y su familia viven en Kiev, la capital de Ucrania. Con su marido Dmitro, son padres de una bebé. En el momento en que se encontraba dando el pecho a la recién nacida, se desató un cruel ataque contra la ciudad. La población civil no tuvo tiempo de protegerse en los refugios y Olga quedó a merced de los proyectiles. Un explosivo impactó contra la guardería vecina.
Todo ocurrió muy rápido, pero hubo tiempo suficiente como para que Olga decidiera proteger con su cuerpo a la pequeña. Así, le salvó la vida.
El ataque fue contra la guardería
Ahora, cuando Olga se está recuperando en el hospital pediátrico Ohmadit de Kiev, el hecho de estar todavía ensangrentada y llena de vendajes no le impide seguir alimentando a su hijita. Y es lo que le da fuerzas para estar bien cuanto antes.
"Cuando bajé al patio, vi que una granada había alcanzado la guardería que estaba cerca de nuestra casa. Ya no había techos, ventanas y puertas en todas las casas vecinas. Los escombros nos golpearon de lleno", dijo Dmitro, quien también resultó herido.
Unicef Ucrania difundió esta imagen. Es la prueba del amor de las madres por sus hijos, aún a riesgo de su propia vida. Y nos hace reflexionar sobre el sentido de la guerra. Como dijo hace pocos días el papa Francisco, la guerra siempre es injusta. Por eso hay que contribuir a que vuelva la paz.
El hecho de atacar una guardería puede ser considerado, además, un crimen de guerra. Sus responsables merecen ser juzgados ante el tribunal de Derechos Humanos.