Volverse a María en las pruebas y los sufrimientos es lo que siempre han hecho papas, sacerdotes y fieles.
“Es en las manos de esta Madre, es a su Corazón Inmaculado – al que hemos confiado varias veces a toda la humanidad perturbada por el pecado y desgarrada por tantas tensiones y conflictos – que pongo esta intención en particular: que a través de su intercesión, la humanidad descubre y recorre el camino de la penitencia, ¡el único camino capaz de conducirla a la reconciliación total! “, así explicó Juan Pablo II en su exhortación apostólica Reconciliatio et poenitentia para explicar el proceso de consagración a María ya su Inmaculado Corazón. En 1942, cuando Europa estaba dividida, Pío XII consagró el mundo entero al Inmaculado Corazón de María. En plena guerra, Juan Pablo II renovará este gesto.
Países consagrados por sus obispos
Pero más allá de las consagraciones pontificias que conciernen al mundo entero, unas cincuenta naciones han sido consagradas por sus obispos al Inmaculado Corazón de María.
Los obispos portugueses consagraron Portugal el 13 de mayo de 1931. Polonia fue consagrada en 1946 y Australia en 1948. Más recientemente, Congo fue consagrado al Inmaculado Corazón de María el 4 de febrero de 2017, en presencia del Cardenal Parolin, Secretario de Estado de La Santa Sede.
Hace dos años, el 25 de marzo de 2020, al inicio de la pandemia del Covid-19, 24 países fueron consagrados al Inmaculado Corazón de María y al Sagrado Corazón de Jesús en Fátima para invocar la protección del Señor y de la Virgen María en el rostro de la epidemia. Muchas ciudades, regiones y diócesis también han sido consagradas al Inmaculado Corazón de María.
Aleteia ha optado por interesarse en particular por los países cuya consagración al Inmaculado Corazón de María se hizo por primera vez y luego se renovó una o dos veces