España vive estos días una Semana Santa para la Historia.
"Han sido dos años encerrados, sin poder salir", confesaba ayer un hombre a una periodista de radio. Es extensísima la lista de ciudades y pueblos donde se reúnen miles, cientos de miles y -sin exagerar- millones de personas por todo el territorio español para revivir esta Semana Santa con mucho más sentido cristiano que en otras ocasiones, si cabe.
Sevilla, Granada, Málaga, Valladolid, Pontevedra, Valencia, Tarragona... Cada ciudad acompaña al Señor y a su Madre la Virgen con pasos, algunos de ellos auténticas maravillas de arte religioso, como el Cristo de Juan de Mesa en Sevilla o los pasos de Salzillo en Murcia.
La Madrugá, Triana, la Macarena (eran cerca de 4.000 nazarenos los que salían ayer con esta cofradía), el Cachorro, el capirote, los penitentes... Es la vuelta a algo muy querido, que hace que algunos recorran miles de kilómetros para no perderse las procesiones. Otros, se han adaptado a las nuevas tecnologías y acumulan una procesión tras otra siguiendo una app que les dice exactamente en qué punto del trayecto está cada una.
Se hace el silencio de repente cuando está a punto de salir el paso de una iglesia. Se oye tan solo la voz del capataz que dice a los costaleros:
-Del suelo...
Y todos responden como un solo hombre:
-¡¡¡Al cielo!!!
El capataz ordena entonces:
-¡Arriba con ella! Vamos a repartir esperanza al mundo, agrega.
Y al instante levantan todos el paso a la vez. Toneladas al hombro, que dicen que no pesan en ese momento porque están pensado más en el sentido que tiene todo eso. Todo lo que cargó Cristo por nosotros...
Los costaleros son quienes cargan el paso. Van debajo de él y se mueven lentamente. El peso se hace notar sobre las espaldas. Ellos no ven la imagen del paso que llevan, pero disponen de un pequeño espacio de ventilación por el que ven las caras de los fieles que siguen la procesión desde las calles y los balcones. Al ver cómo miran a la Virgen o al Señor, también ellos se emocionan: "Ya no llevas tú la Virgen, te lleva ella a ti".
El covid, la guerra de Ucrania...
En este año 2022 hay mucho que pedir, mucho que agradecer, mucho que llorar a los pies del Señor... Han muerto muchas personas en España a causa del covid. Suman ya 103.000. Son 103.000 almas que estaban con nosotros en 2020 cuando se declaró la pandemia. Y en todo el mundo, más de 6 millones.
También a esta Semana Santa se suma la petición especial por la paz, para que cese la guerra en el mundo. Especialmente las procesiones de este año están marcadas por el conflicto en Ucrania, que amenaza con destruir la paz mundial.
Dolor, perdón y esperanza
A la paz se llega comenzando por la paz de los corazones de cada uno, la paz en la familia. Estamos en el Año de la Familia, convocado por el Papa Francisco, que concluye el 26 de junio con un encuentro en Roma. Y en las procesiones de estos días primeros se han visto más que nunca nazarenos jóvenes. "Es por devoción", explica un chico en Valladolid. "Lo hago porque es una tradición en mi familia, pero sobre todo porque ayuda a rezar", explica.
Las procesiones de Semana Santa nos llenan de devoción. Recuerdan lo importante que es pedir perdón, acudir a Dios que nos está esperando para derramar su gracia en cada uno de nosotros. Las imágenes de la Virgen hacen que muchos se sientan tocados en sus corazones. Tal vez sea la fecha perfecta para una reconciliación.
Aquí van algunas imágenes de cómo se viven las procesiones en España: