El canciller de la diócesis de Zaria, el P. Patrick Adikwu Odeh, ha anunciado “Con el corazón lleno de alegría, el regreso de nuestro hermano, el P. Felix Zakari Fidson, el 24 de marzo”, al parecer el sacerdote fue liberado “alrededor de las 13 horas del 3 de mayo".
“Queremos dar las gracias a todos los que han ofrecido oraciones por la pronta liberación de nuestro querido hermano. Pedimos a Dios que acelere la liberación de los que aún están en manos de sus secuestradores”, ha añadido el padre Odeh.
“Que Nuestra Señora, la Madre de nuestro Señor y Salvador Jesucristo y nuestra Madre siga intercediendo por nuestro querido país, Nigeria. Amén” ha dicho para concluir.
Además del padre Fidson, otros dos sacerdotes fueron secuestrados en Nigeria en marzo, el padre Joseph Akete Bako, párroco de la iglesia de San Juan en Kudenda, en el área de gobierno local de Kaduna Sur, secuestrado en la noche del 8 de marzo en un asalto a la casa parroquial durante el cual murió una persona y el padre Leo Raphael Ozigi, párroco de la iglesia de Santa María, en la aldea de Sarkin Pawa, en el área de gobierno local de Munya, Estado de Níger, secuestrado el domingo 27 de marzo.
Este último fue liberado la noche del 8 de abril en la carretera Kaduna-Zaria. El padre Joseph Akete Bako sigue en manos de los secuestradores.
Para combatir la lacra de los secuestros con fines de extorsión en Nigeria, el Senado nigeriano ha aprobado un proyecto de ley que castiga con penas de prisión de al menos 15 años a quien pague un rescate para liberar a un secuestrado y ha castigado el delito de secuestro con la muerte si la víctima fallece.
El proyecto de ley del Senado, que debe ser debatido en la Cámara de Representantes antes de ser aprobado y firmado por el Jefe de Estado, ha suscitado una fuerte polémica en el país.
El jefe de la Sección de Asuntos Públicos del Colegio de Abogados, Dr. Monday Ubani, ha criticado la propuesta de criminalizar el pago de rescates por parte de instituciones que no pueden garantizar la seguridad de los ciudadanos.
“La verdad es que las víctimas del secuestro pagan el rescate por desesperación e impotencia, sabiendo que el Estado ha fracasado y es incapaz de proteger las vidas y los bienes o de asegurar la liberación de sus seres queridos”, ha dicho.
Los obispos nigerianos llevan años prohibiendo el pago de rescates en casos de secuestro de personal eclesiástico y religioso.