Accidente en monopatín. José Ramón (20 años) iba en su monopatín, como cada día. Eran las diez de la noche del pasado lunes cuando se produjo el fatal accidente. Chocaba contra un autobús en la calle Silvano en Madrid. Sufrió un grave golpe en la cabeza, traumatrismo cranoencefálico y entró en parada cardiorrespiratoria. Los primeros en llegar fueron agentes de policía que empezaron a hacerle la reanimación cardiopulmonar. Después, los efectivos de Emergencias consiguieron que recobrara el pulso. Fue trasladado muy grave al Hospital de la Paz.
Arde WhatsApp con peticiones de oraciones
Desde ese preciso instante, comenzaron a circular por WhatsApp distintos mensajes pidiendo oraciones por el chico. Se debatía entre la vida y la muerte. Hacía falta toda la ayuda posible. La cadena de oración fue creciendo. Grupos de parroquias, de colegios, de amigos. Raro era alguien a quien no le llegase el mensaje por diversos grupos. Y una intercesora, la Virgen María. A ella se dirigían las súplicas en este mes de mayo.
El martes, esos grupos de WhatsApp recibían el parte: “JoseRa está muy mal. Ayer recibió la unción de los enfermos. Jesús el Señor está con Él. Os lo cuento para que seáis conscientes de que estamos rezando por un milagro”. Lo escribía una persona cercana a la familia que se encargaba de ir informando de la evolución.
La fe de la familia
Las oraciones traspasaban ya las fronteras. Había gente rezando en varios continentes. Su hermana Rocío y sus padres pedían oraciones: “Seguimos rezando por un milagro a la Santísima Virgen María si Dios lo quiere. Por favor seguid rezando. Gracias a todos”, difundían los familiares desde el Hospital de la Paz. No había novedades sobre su estado de salud. Pero sí muestras de fe. Su hermana y sus sobrinos estaban horas en el hospital, rezando sin parar en la puerta de la habitación. Y allí veían a amigos llegar. Incluso desconocidos. Y en medio del dolor, sentían la fuerza de la oración y ver cómo gente alejada de Dios volvía a dirigirse al Padre para pedir por José Ramón.
Un milagro, “si Dios quiere”
Llegaron nuevas noticias. El miércoles le quitaban la morfina. El cerebro de Jose Ramón se iba apagando lentamente. “Rezad más que nunca”, pedía su entorno. Y los grupos de WhatsApp ardían: “A José Ramón le han retirado la sedación hace un rato, pero está aguantando. Médicamente nos han dicho que ya no se puede hacer nada y que probablemente poco a poco se irá apagando. Nosotros seguimos pidiendo a la Virgen un milagro si es lo que Dios quiere. Si quieres unirte, reza el rosario por él. Sagrado Corazón de Jesús en vos confío, Inmaculado Corazón de María sed la salvación de José Ramón. Gracias por todo. Por favor pásalo a amigos, familia y gente que esté rezando por él”.
La muerte de José Ramón
El jueves, una treintena de jóvenes, amigos de José Ramón, rezaban en las instalaciones del Hospital. Acababa de llegar la trágica noticia. El médico comunicaba a la familia que José Ramón había muerto.
Habían certificado la muerte encefálica y le desconectaron el oxígeno. La familia barajó el traslado a otro hospital en su ánimo de luchar por el milagro. Pero el fallecimiento se certificó a las 18.30 de la tarde.
Mensaje
El portavoz agradecía así los días de intensa oración y fe, que habían sentido cerca:
“Hola a todos! Ante todo, daros las gracias por haber estado tan pendiente estos días, ¡Dios se ha querido llevar a José Ramón! Y si después de todo lo que hemos rezado se lo ha querido llevar, es porque tiene otros planes.
Ayer os decía que estaba extrañamente tranquilo, y después del fallecimiento de José Ramón, estando tristes, al mismo tiempo sabemos que está con Dios.
Estaba pensando que estamos aquí de paso, y no depende de nosotros el tiempo que vamos a estar en vida, pueden ser 90 años, o en este caso 20 años recién cumplidos.
Sea lo que sea, el tiempo que Dios nos dé queremos hacer todo el bien que esté en nuestras manos.
Si tanta gente de tantos países, UK, México, Perú, Colombia, Costa Rica, además de todos los conventos que hay en España, Godella, Aguilera, Cantalapiedra... por mencionar algunos.
Gente de todos los movimientos de la Iglesia, Camino Neocatecumenal, Grupos de Oración del Corazón de Jesús, Regnum Christi, Comunión Y Liberación, Schoenstatt, Opus Dei, entre otros... Ahí se ve la Comunión de la Iglesia.
Ver a personas que no han conocido a Jesús, que no han rezado nunca, rezar el Rosario a las puertas del hospital sin importar lo que piense la gente... La aparición de completos desconocidos viniendo al hospital, solo para estar un rato con José Ramón...
Ver a familias unirse, solo por esta causa después de años sin hablarse...
Ver a la madre de José Ramón (Mari) pedir la donación de órganos para salvar una vida... da igual cual sea... Como ya he dicho estamos aquí de paso para hacer el bien que podamos...
Una vez más, daros las gracias por todo...”